Corría el año 1796 cuando la familia Viellard puso al frente de la empresa a Jean Baptiste Migeon. Una hija del eficiente gerente se casaría en 1835 con Juvenal Viellard y de la fusión de las iniciales surgiría Viellard Migeon and Company (VMC)
Tuvieron que pasar unas cuántas décadas para que la próspera compañía familiar incursionara en el negocio de los anzuelos. Fue en 1910 y bajo el liderazgo de Charles Viellard que empezó la aventura que situaría a la firma como un referente en el mundo de la pesca.
Ante la falta de experiencia de su personal en la fabricación de anzuelos, Viellard viajó a la ciudad inglesa de Redditch -referente del mercado- y convenció a diez familias para emigrar a Francia para trabajar en su compañía.
Los anzuelos salieron al mercado poco tiempo después con un nombre por demás original: “La Bouée”, que significa algo así como “anillo de vida”. La aceptación de los pescadores fue más rápida de lo que esperaban en la firma y en 1938 abrieron una nueva fábrica en la ciudad francesa de Morvillars, que todavía sigue en producción.
Pasada la Segunda Guerra Mundial, VMC empleaba a 450 personas en sus fábricas de anzuelos, pero la materia prima empezó a decaer en calidad y la competencia de empresas extranjeras significaron dos duros escollos.
Pasada la crisis, en 1969, el nuevo director, Christophe Viellard, volvió a dar un golpe de timón y la fabricación entró en un proceso de mecanizado automático y crecimiento internacional, principalmente de la mano de los anzuelos triples.
Ya en la década del ’70, la compañía exhibía un gran vigor a partir de la invención y construcción de máquinas automáticas únicas, lideradas por el director de la fábrica Norbert Heyer y el ingeniero Roger Billet. VMC pasó de hacer 5.000 piezas diarias a 60.000.
Afianzado el mercado francés, llegó el momento de abrirse al mundo y así VMC hizo pie en Estados Unidos en 1981 con la creación de una filial, pero también incursionaron en Alemania, Polonia, Ucrania, Rusia y Brasil.
Su crecimiento ya no se detuvo y así entró en el radar de otra compañía no menos exitosa: Rapala, el fabricante de señuelos líder en el mundo. Hoy día VMC está presente en más de 70 países.