Un adolescente de 14 años permanece internado en el Hospital SAMIC de esta localidad después de ser alcanzado por una bala en medio de un tiroteo entre efectivos de la Prefectura Naval Argentina y presuntos delincuentes en el río Paraná.
El episodio, que tuvo lugar ayer por la mañana en el barrio Santa Rosa de Puerto Iguazú, se mantuvo bajo un hermético silencio que habría incluido también a los médicos del centro asistencial, quienes llamativamente no habrían informaron de lo sucedido a ninguna autoridad provincial ni federal.
Según pudo saber PRIMERA EDICIÓN, el episodio se registró minutos después de la salida del sol en el sector de riberas del río, hacia el suroeste de la localidad de la Triple Frontera.
En ese lugar, efectivos de la fuerza federal realizaban recorridas cuando aparentemente descubrieron una embarcación con varios individuos que trasponía el curso de agua desde Paraguay hacia el territorio argentino.
Pese a los pocos datos que se tienen al respecto, trascendió que los uniformados dieron la voz de alto, cuestión que fue repelida a los tiros por los contrabandistas. Se produjo entonces un enfrenamiento a balazos que duró varios minutos y que, en principio, no arrojó mayores resultados.
Sin embargo, unos minutos antes del mediodía se presentó en la guardia de emergencias del Hospital SAMIC de Puerto Iguazú un hombre mayor junto a su hijo, quien presentaba una herida sangrante en el hombro izquierdo.
El pequeño fue rápidamente sometido a estudios y curaciones. Esos análisis permitieron establecer que tenía un orificio de entrada de arma de fuego en dicho sector, sin orificio de salida, que le había provocado fractura no completa de la clavícula, según el primer parte de los especialistas médicos.
Curiosamente, pese a la gravedad del episodio, aparentemente desde el centro asistencial no habrían dado aviso a ninguna autoridad, lo que es ahora materia de investigación. Tampoco el padre del menor radicó denuncia alguna, por lo que no se descarta que tanto ese hombre como los médicos pudieran haber sido coaccionados para evitar ese “trámite” obligatorio.
Por lo pronto, más allá del hermetismo, PRIMERA EDICIÓN pudo saber que desde la Prefectura Iguazú se inició una investigación interna para determinar las responsabilidades que pudieran caberle a los efectivos involucrados. Por ello es que las armas reglamentarias de los mismos fueron secuestradas y serán sometidas a pericias.
Una de esas labores también será cotejar las mismas con el proyectil que por estas horas permanece alojado en el cuerpo del menor, en caso de que los médicos establezcan que puede ser extraído sin riesgos para su salud, especificaron las fuentes.