Uno de los dos condenados por el doble crimen de una pareja chubutense, episodio que conmovió a Misiones durante 2008, deberá cumplir en prisión el resto de lo que le quedaba de la condena a quince años que recibió, después de que su mujer lo denunciara por una golpiza.
El episodio permitió establecer que Fredy Báez (33) no sólo infringió la normativa vigente en cuanto a que perpetró un nuevo delito, esta vez por “lesiones leves”, sino que además violó la obligación de residencia, punto clave a la hora de gozar del beneficio de la libertad condicional, al cual había accedido en octubre pasado.
Mediante sus fuentes, PRIMERA EDICIÓN pudo saber que Báez fue nuevamente apresado en la tarde del último miércoles en Puerto Esperanza, pese a que para salir de prisión había asegurado que residiría en Puerto Rico, a 120 kilómetros de distancia. No se trata de un detalle menor: la localidad donde fue apresado ahora es la misma donde cometió los dos crímenes junto a un cómplice, al decir de la Justicia.
Conmoción en el norte y el sur
Para comprender la historia es necesario remontarse al martes 19 de agosto de 2008, cuando cerca del mediodía vecinos del barrio San Blas de Puerto Esperanza llamaron a la Policía para informar sobre el hallazgo de los cadáveres de Luis Crisóstomo Espínola (74) y María Esther Toloza (51).
La pareja era oriunda de Trelew, en la distante Chubut, y se había afincado apenas semanas antes de ser asesinada. Quienes los conocían no tardaron en informar que habían optado Misiones en plan de escape de la inseguridad que se vivía por aquellos años en su provincia de origen.
Paradojas del destino, una muerte violenta los esperaba en el paraíso que habían escogido para pasar sus últimos años.
Los vecinos se habían mostrado sorprendidos por la repentina desaparición de Luis y María de los lugares que solían frecuentar. Por eso, un grupo decidió buscarlos en la casa que habían comprado. Cuando lograron abrir una ventana, encontraron ambos cuerpos sobre un charco de sangre.
Efectivos de la Policía provincial iniciaron una investigación y no tardaron en establecer una primera hipótesis. Los últimos en ser vistos junto a la pareja habían sido dos trabajadores informales que habían realizado un trabajo de pintura en la casa de la pareja. Al parecer, habían pedido tres mil pesos (algo así como 30 mil pesos actuales) una vez finalizado el trabajo, algo que las víctimas no aceptaron.
La sospecha de los detectives apuntó entonces a que, tras la discusión por ese pago, el dúo se marchó del barrio San Blas para regresar en la madrugada del lunes 18 de agosto de 2008 y consumar una sangrienta venganza: Espínola fue degollado y su mujer, asesinada de 17 puñaladas.
Una condena a quince años
Los investigadores no tardaron en llegar a los autores del hecho. El primero en ser apresado fue Fredy Báez, en esa época de 22 años, cuando abordaba un colectivo en la Terminal de Esperanza con destino a Buenos Aires. El coautor, Enrique Núñez, quien en aquel momento tenía 20, terminó detenido en el barrio Nueva Esperanza.
Las pruebas en contra del dúo fueron contundentes, al punto que ambos fueron sentenciados meses después a quince años de prisión, que se cumplirán en 2023. Báez fue trasladado a la cárcel de Eldorado y Núñez a la de Loreto, donde continúa preso.
No obstante, en razón de su buena conducta dentro del penal, Fredy Báez comenzó el año pasado con las salidas transitorias y, en octubre último, ingresó al programa de libertad condicional, tras cumplir con las dos terceras partes de la condena, tal como indica la ley. Para ello fijó residencia en Puerto Rico y como “garante” de su reinserción a su pareja.
Sin embargo, la historia de su regreso a la calle dio un giro el jueves 27 de diciembre de 2018, cuando esa misma mujer se presentó ante la Comisaría de la Mujer de Esperanza para radicar una denuncia por “lesiones leves” en contra de Báez.
El alerta llegó al equipo de trabajo en feria del Tribunal Penal 1 de Eldorado por dos razones: primero, porque el condenado habría infringido un nuevo delito; y segundo, porque jamás pidió autorización para mudarse de Puerto Rico a Puerto Esperanza. Ante tal situación, se ordenó su inmediata detención, que se cumplimentó en la tarde del pasado miércoles cuando caminaba por el barrio El Progreso de esa última localidad.
Báez será trasladado hoy de nuevo ante la Justicia, esta vez para ser notificado de la revocatoria de la libertad condicional y trasladado de regreso a la cárcel de Eldorado, donde deberá cumplir los cinco años que le restan de condena. “Fue una oportunidad desaprovechada”, dijeron las fuentes.