
La Subcomisión de Damas de la Comisión Vecinal de Villa Bárbaro ornamentaron con arreglos navideños uno de los ingresos a la ciudad, la avenida Italia, desde la terminal de ómnibus a la vera de la ruta nacional 14.
El trabajo de varios meses, en un taller montado en el Independiente Tenis Club por las mujeres laboriosas del barrio, dio un toque especial a la transitada arteria y promovió el reconocimiento comunitario.
Después de la experiencia del año pasado, con un árbol de Navidad de gran porte que fuera ubicada en la plazoleta Malvinas, en esta oportunidad afrontaron una apuesta mayor y al ejemplar principal, sumaron varios más y otros adornos alusivos a la largo de la transitada vía.
Héctor Rea, presidente de la Comisión Vecinal, resaltó la tarea exclusiva de las mujeres, aunque “nosotros acompañamos en lo que era necesario” y “agradecemos al club Independiente que nos prestó las instalaciones para trabajar ahí. También a todos los que colaboraron con los materiales. Ahora pedimos a los vecinos cuidar entre todos para que puedan lucir en estos meses”, expresó.
Materiales reciclables, principalmente botellas de plástico, son la base de los adornos, pero también los soportes, hierros, alambres, pintura, elementos que debieron adquirir. “Hicimos varias actividades para recaudar fondos y cubrir costos y también recibimos colaboraciones. Ver el trabajo terminado y cómo queda nos entusiasma. La idea es que otras comisiones imiten y se vayan sumando”, afirmó una de las mujeres.
El grupo de base lo integraron María Carolina Rea, Hilda Beatriz Boher, Irma Fuglistaler, Lucía Kruyeniski, Patricia Florentín, Lidia Melnik, Rosalia y Juana Bustamante, Pupi Boher, Cecilia Batirola Clotilde Scher, Sofía Torczycysyn, Carmen Boher y Ana María Juszycyszyn.
“Otras colaboraron en la medida que podían, llegamos a doce arbolitos, nuestro sueño es adornar toda la Avenida (Italia), por ahí el año próximo”, se esperanzaron.
Con la satisfacción del objetivo cumplido, las mujeres agradecieron el aporte de cada una de las integrantes (que en algunos casos trabajaban en sus propias casas para llegar a tiempo), comerciantes, Municipio, alumnos de la institución San Juan Pablo II y vecinos en general. “Es un trabajo en equipo, sin dudas, por eso creemos que fue posible y podemos aspirar a más”, subrayaron.