Este año se realizó en Buenos Aires, del 17 al 23 de noviembre, donde hubo varios expositores de nuestro país. Uno de ellos fue el dirigente social Juan Grabois, máximo dirigente de la Confederación de Trabajadores de la Economía Popular (CTEP).
Voy ha hacer un interpretación de alguna de sus ideas. Grabois expresó: el papa Francisco dijo que el grito de los excluidos y el grito de la madre tierra es un solo grito; que suelen molestar a las élites.
El lawfare, la guerra judicial, está afectando a varios dirigentes del campo social, Milagro Sala, o expresidentes: Lula Da Silva, Rafael Correa, Cristina Kirchner.
La democracia tal como la conocemos está muriendo; la de división de poderes, imperfecta como fue, es la conquista de la lucha de millones de hombres, pero ya no es suficiente para enfrentar los poderes fácticos. Que puede voltear a Dilma con un proceso de Impeachment y proscribir a Lula con pretextos, demuestra que esta democracia no alcanza. Esa crisis de la democracia burguesa se expresa en que el Poder Judicial tiene formas de elección no muy claras.
Hay dos salidas; una es echarle la culpa a los que están peor que vos, sean los inmigrantes, los pobres… el que está abajo es el culpable de los problemas.
Otra es la esperanza. Podemos construir una esperanza con una pedagogía de la empatía y la sensibilidad frente a la pedagogía de la crueldad que plantea el neoabsolutismo.
Debemos explicar a cada excluido, cómo se va a garantizar la justicia social, la tierra, el trabajo y el techo. Cuando solo se discute por la política de cargos se pierde la fuerza de la transformación, porque se quiere tener el poder como fetiche desde el estado.
Hay que pensar en el rol insustituible de los movimientos sociales, de las organizaciones libres del pueblo. Tienen que seguir interpelando al poder, porque nadie es perfecto. No se puede esperar todas las soluciones de un líder, son las organizaciones sociales las necesarias para avanzar, para que el neoliberalismo no pueda quitar las conquistas sociales.
A la cultura del descarte, hay que oponerle una resistencia popular que solo se entiende con la lógica del corazón, que tiene que sacar del centro al dios dinero y volver a colocar el hombre, a la mujer, a la naturaleza como centro. El papa Francisco dio tres consignas: 1) poner la economía al servicio de nuestros pueblos; 2) construir la unidad de nuestro pueblo en el camino de la paz; 3) Defender con coraje a la madre tierra.
Pablo Martín Gallero
Puerto Rico (Misiones)