El acusado, de 59 años, llegó al juicio oral imputado por “abuso sexual simple” a una menor, en este caso su hijastra. Al tratarse de un delito excarcelable el hombre se encuentra en libertad. No obstante, durante la primera jornada del debate el fiscal Federico Rodríguez solicitó ampliar la calificación.
De esta manera y de llegar a ser hallado culpable, el sospechoso podría salir del recinto esposado e incluso condenado a diez años de prisión, mínima pena para lo que solicitó el representante del Ministerio Público Fiscal, es decir que se imponga la acusación por “abuso sexual simple reiterado y corrupción de menores agravada por su calidad de guardador”, según pudo saber PRIMERA EDICIÓN.
“Abusos naturalizados”
La familia involucrada en el hecho residía en Montecarlo. Fue la madre de la víctima quien hace un año radicó la denuncia. De acuerdo a esa presentación penal, su hija era manoseada en forma reiterada por su padrastro desde que tenía ocho años y hasta que cumplió trece.
Al parecer los abusos comenzaron cuando la familia, integrada por la madre, el ahora acusado y un hermanastro de la menor -hijo biológico del imputado y de 11 años-, residía en San Carlos de Bariloche, Río Negro.
Los vejámenes continuaron a lo largo de los años, incluso cuando se afincaron en Misiones, siempre conforme a los dichos de la denunciante. La menor posteriormente brindó testimonio en Cámara Gesell, donde habría complicado la situación de su padrastro. Esa declaración podría ser exhibida durante la jornada de hoy.
La abuela de la nena también está citada como testigo. La mujer habría observado los manoseos a los que era sometida su nieta. Se trata de establecer si existieron amenazas de muerte por parte del acusado hacia las mujeres mayores, para que no lo denunciaran. Sin embargo hace un año y dos meses la madre de la niña rompió el silencio y el sujeto fue detenido. Poco después salió en libertad supeditado a la causa.
Uno de los tantos detalles escabrosos que salieron a la luz durante la investigación del hecho es que tanto la madre de la víctima como su abuela habrían dado a entender que los abusos “estaban naturalizados”, es decir que los manoseos por parte del imputado a la nena habrían sido una práctica habitual y nada podían hacer las mujeres porque estaban bajo amenazas de muerte. En ese sentido se supo que la madre de la menor aún no pudo ser ubicada ayer para que declare, porque aparentemente se encuentra de viaje en Paraguay.
Insólito pedido de la defensa
En tanto, la defensa del imputado realizó una solicitud poco frecuente en los tribunales. Se trata de la exhibición de un video donde la misma víctima se desdice de lo manifestado en Cámara Gesell, según indicaron las mismas fuentes.
También habrían requerido que declare el hijo biológico del acusado, de once años y quien reside actualmente con él. Ese pedido será resuelto también por los magistrados del alto cuerpo eldoradense, en este caso integrado por María Teresa Ramos, Lyda Inés Gallardo y Nicolás Esteban Ziman.