En plena siesta del martes 8 de mayo, en el casco de una estancia cerca de El Arco de la ruta nacional 12, en el límite entre Misiones y Corrientes, Ramón Cayetano Valenzuela (51) fue hallado inerte con un disparo de escopeta que le destrozó la cabeza.
Por este deceso fueron detenidos tres adultos: su esposa, su hija y el yerno. A la primera, el test orientativo de parafina arrojó positivo a restos de pólvora en sus manos.
Esta sospecha, y las fuertes dudas en cuanto a que resulta poco creíble que con un arma de tamaña dimensión -una escopeta calibre 16 largo- alguien pueda gatillarla y quitarse la vida, pusieron a los tres bajo sospecha del episodio de final sangriento.
Sin embargo, las pericias de absorción atómica (de búsqueda de vestigios de plomo, bario y antimonio, componentes de la deflagración de la pólvora) fueron negativas a las rastros tomados a las palmas y reversos de las manos de los tres familiares apuntados y detenidos.
Con el informe de esta pericia, que fuentes incuestionables confirmaron a PRIMERA EDICIÓN, fue liberada la pareja de 48 años, ahora viuda de Valenzuela, la última de los tres aprehendidos por orden del juez de Instrucción 2, César Antonio Yaya.
Tanto la hija como el yerno ya estaban bajo el beneficio por el sostenimiento de sus hijos menores.
De esta manera, aunque resten pasos por dar en el expediente, el caso se tornó endeble en cuanto a un hecho de “homicidio simple”, agravado por el intento de ocultarlo como suicidio. Y sumó peso la primera sospecha, la de que Valenzuela se quitó drásticamente la vida.
La investigación del hecho
El llamativo deceso trascendió pocos minutos después de las 15 del martes 8 de mayo en el campo Santa Rita, emplazado a pocos metros de la exruta nacional 12, cerca de la rotonda del Bypass.
Los uniformados de la comisaría Séptima se entrevistaron con la mujer de Valenzuela, quien indicó que alrededor de las 14 había mantenido una discusión con el hombre, al parecer a causa de una supuesta infidelidad, y que tras la pelea, el hombre tomó la escopeta calibre 16 milímetros y caminó hacia un galpón y consumó su presunta intención.
Las autoridades ordenaron las pericias de rigor. En primer turno, arribaron a la escena efectivos de la Dirección de Criminalística de la Policía provincial, junto al médico policial. El facultativo confirmó una herida de arma de fuego en el cráneo que le provocó “estallido con salida completa de masa encefálica”, tras lo cual solicitó una autopsia.
Los primeros indicios para poner en discusión el suicidio se sostenían en que el cuerpo fue hallado boca abajo, pero tenía rastros de tierra en la espalda, como si hubiera caído de espaldas y luego girado el cadáver antes de que llegue la Policía.
Una primera reconstrucción de datos de los pesquisas apuntó a que Valenzuela y su esposa discutieron y que ella tomó la escopeta, le disparó y movió el cadáver.
Los otros dos detenidos entonces aseguraron que escucharon a lo lejos el disparo y hablaron de un suicidio dentro del depósito o galpón de la estancia.