El 9 de octubre próximo era la fecha fijada para la primera audiencia del juicio contra Martín Monzón. Está acusado de haber matado y descuartizado a su pareja, Horacelia Marasca (16), el 16 de agosto de 2015 en una vivienda de Villa Cabello.
Por el momento habrá que esperar, ya que la defensa del imputado elevó un recurso que quedó a consideración del Superior Tribunal de Justicia (STJ).
El motivo del planteo fue que el Tribunal Penal 2 rechazó que el acusado sea sometido a una prueba con pentotal sódico (suero de la verdad), como así también que no se haya habilitado la comparencia de más testigos.
Monzón está imputado de “homicidio agravado por la situación de convivencia”, calificación por la que podría recibir una pena de prisión perpetua. Tanto en la etapa de instrucción de la causa como así también en la elevación a juicio, Miguel Ángel Varela, el defensor oficial, había planteado que se habían violado garantías procesales.
Para el abogado, en el expediente había quedado plasmado que en una oportunidad la joven le había arrojado un cuchillo a Monzón. Además citó a un exempleador del joven, que mencionó haber sabido que Horacelia le había arrojado comida caliente a su pareja.
Para él, esto probaría que había una situación de violencia previa que desató el horrendo crimen. Al respecto, en su recurso de queja el abogado argumentó que tampoco se citó a declarar a una asistente social sobre el caso de violencia de ella hacia él, hecho que oportunamente había sido informado al Juzgado de Familia.
Para el defensor, en la Justicia nadie le cree a Monzón y por eso había solicitado la prueba del suero de la verdad. De esta forma, si se abriera la posibilidad de una nueva indagatoria, ésta dejaría de ser un medio de defensa del acusado para convertirse en un “medio de prueba”, a través del pentatol sódico.
En resumen, la defensa busca que esas medidas sean tenidas en cuenta para que se realice el juicio. De no ser avaladas, entiende que debería anularse el proceso y comenzar de cero.
El hecho
El caso Horacelia Marasca había llegado a oídos de la Policía a través del propio Martín Monzón. Este se había presentado el 17 de agosto de 2015 en la comisaría Séptima a denunciar que su pareja se había ausentado de la casa que compartían.
Dos días después, la madre de Horacelia se presentó en la Comisaría de la Mujer a denunciar que algo malo le había sucedido a su hija.
Descargó fuertes sospechas contra Monzón. El caso llegó al Juzgado de Instrucción 6 y el magistrado Ricardo Balor ordenó pericias en la vivienda de la chacra 150.
El resultado de las pruebas de luminol fueron contundentes. Había manchas de sangre por doquier, pero principalmente en el baño. Monzón fue detenido y días después relató en sede judicial lo que había hecho.