Al día siguiente de la intoxicación de cuatro alumnos de la Epet 1, por el consumo de brownie con marihuana durante un picnic escolar, la comunidad educativa se vio movilizada a abordar la crisis desde la contención.
Aunque en la víspera circularon todo tipo de rumores (inclusive desde algunos medios televisivos locales) acerca de una inminente expulsión de los estudiantes involucrados, lo cierto es que la escuela todavía no tomó decisión alguna al respecto.
De hecho, aunque las autoridades del colegio no se atrevieron a detallar apresuradamente si están pensando algún tipo de sanción, sí dejaron en claro que lo principal es “contener”.
“Como institución tomamos los recaudos, informamos al Consejo de Educación, se hizo la exposición policial, porque tememos por nuestras alumnas quienes son menores de edad y que requieren, principalmente acciones concretas de contención. Esto pasó el miércoles y esta mañana (por ayer) recién nos comenzamos a reunir y hacer consultas”, fue la respuesta de la vicedirectora, Nieves Beatriz Mercado a PRIMERA EDICIÓN sobre una eventual sanción a los alumnos involucrados.
La docente, quien ante las circunstancias hizo la denuncia policial, relató a éste Diario lo ocurrido para dejar en claro lo que pasó.
“Todos los docentes estábamos involucrados en este picnic e íbamos recorriendo los quinchos para verificar qué estaban consumiendo y cuidando que no ingresen bebidas alcohólicas. Jamás imaginamos que la comida podía contener algo. Cerca del mediodía una de las chicas se sintió mal y fue auxiliada por docentes, su compañera se empezó a sentir igual y llamó a sus padres para que la busquen. Cuando éstos se presentan la joven cuenta lo que habían hecho”, contó Mercado. De acuerdo a su relato los chicos que consumieron los brownie fueron quienes lo habían elaborado no lo habían invitado a sus compañeros ni mucho menos vendido.
De los tres adolescentes involucrados tres chicas y un muchacho, era el varón quien permanecía en observación hasta ayer.
Las actividades planificadas este jueves para la jornada lúdica, prevista por la semana del estudiante, también sirvieron para continuar hablando del tema con los alumnos que se acercan a hablar sobre lo que pasó.
“Esto que pasó nos golpeó a todos, pero tenemos que poder reflexionar que hace falta que padres y docentes estemos mucho más alertas. Evidentemente tenemos que profundizar las charlas y los abordajes que hacemos sobre éstos temas. Los chicos están expuestos a muchas cosas, debemos tomar lo ocurrido para doblar esfuerzos para que juntos podamos enfrentar la situación y estar preparados para alertar a nuestros jóvenes”.
Mucho malestar
La desazón en la comunidad escolar era mayúscula. Verse expuestos en los medios de comunicación, como colegio y en un hecho poco feliz, causó pesar tanto en el cuerpo docente como en el alumnado.
Lisandro Amaro, profesor del colegio explicó el malestar de los estudiantes con sus compañeros por lo que hicieron y porque, para colmo, en algunos canales locales mostraron sus fotografías, tomadas de archivo de cuando construyeron una mesa especial como actividad solidaria destinada a un joven del BOP 9 con discapacidad motriz.
“Mis alumnos se pusieron muy mal por ésto. Porque se usaron fotos y entrevistas de aquel evento para hablar sobre el caso de ahora y mezclar así la información nos genera pesar”, reflejó el maestro quien también solicitó respeto a la intimidad de sus alumnos.
El hecho
La alarma se encendió alrededor de las 15.30 del miércoles, cuando los propios docentes de la EPET 1 dieron aviso de una emergencia a la guardia de la comisaría Decimoctava, dependiente de la Unidad Regional X.
El contingente de jóvenes celebraba una “jornada de campo” en el camping del Club de Educación, sobre la avenida 148 A y hacia el sur de la capital provincial, cuando varios de los presentes comenzaron a sentir síntomas de una intoxicación aguda.
Si bien en principio se pensó que podría haber sido el agua o algún alimento, una rápida averiguación de los educadores a cargo permitió determinar que aparentemente dos alumnas habían cocinado bizcochuelo de chocolate (en forma de “brownies”) con marihuana y, a su vez, habían invitado a varios de los alumnos. Se cree que, en su mayoría, los damnificados no sabían del llamativo ingrediente con el que fue llevada adelante la receta.
Junto con los uniformados de la Decimoctava, arribaron al campo recreativo los progenitores de los jóvenes, quienes tras dialogar con los docentes resolvieron retirar a sus hijos de la escena y trasladarlos a la guardia de emergencias del Hospital Escuela de Agudos Ramón Madariaga. En ese lugar, en principio, los médicos confirmaron que todos se encontraban fuera de peligro.