Estuvo de visita en Misiones el expresidente de la Sociedad Argentina de Mastología y Miembro Honorario Nacional de la mencionada Sociedad, el médico Aníbal Núñez de Pierro, integrante del Consejo Consultivo del Instituto Nacional del Cáncer.
Su presencia, en el marco de la jornada “Endocrinoterapia: Aplicación de Plataforma Genómica en el Cáncer de Mama Oncotype Dx”, respondió a la divulgación de nuevos estudios para afrontar la lucha contra este flagelo.
“Lo que surge claramente de las investigaciones es que alrededor del 70% de las pacientes no se benefician de recibir quimioterapia. Allí radica el valor de la oncoegenómica, que es poder hacer el tratamiento lo más personalizado posible”, dijo el médico a PRIMERA EDICIÓN en una entrevista previa a la jornada destinada a ginecólogos, oncólogos, genetistas, especialistas en imágenes y médicos de ésta provincia, en la cual explicó detalles y resultados de las investigaciones.
¿Cuáles son las transformaciones más inmediatas a partir de los resultados?
Hasta ahora, por lógica, los tratamientos se hacen con criterios macroestadísticos, por ejemplo: si mil señoras se someten al tratamiento y 800 mostraron mejorías, quiere decir que ese tratamiento es bueno. No obstante, no sabemos cómo seleccionar a esas 800 o a las otras 200. Lo que nos permiten estos nuevos estudios es que nos podamos preguntar: ¿esta señora se va a beneficiar o no? Los tratamientos pueden ser óptimos, pero no serles útiles a esa paciente particular. Si podemos saber que no se va a beneficiar con la quimioterapia, no se la hacemos. En eso se avanzó enormemente.
¿Cómo fueron elaborados estos estudios y cuánto tiempo tomaron?
Fueron elaborados en base a práctica clínica. Están en desarrollo, como tal, desde 2004. La muestra que se tomó (la más importante de los últimos años en el país) abarcó a 10.273 pacientes con cáncer de mama. Ésto nos permitió precisar un montón de estos aspectos y ahí surgió el interés para conversarlo con los colegas en Misiones. Los resultados se presentaron en junio de este año.
¿Qué se buscó probar?
Se trató de una prueba de resultados de los tratamientos. No es como cuando, por ejemplo, se comparan dos drogas y podés decir “con ésta, de 10 mil pacientes, 9.000 anduvieron bien y con la otra sólo 8.000”. No hay un guarismo definitivo. Sí se pudo ver -a partir de lo que claramente surge del estudio- que el 70% de las pacientes no se beneficiaba de recibir quimioterapia. Si hoy se mira la práctica clínica, el 65% de las pacientes va a quimioterapia, lo cual, para colmo, implica una serie de impactos económicos, sociales y personales muy importantes. La prueba nos permitió individualizar al paciente con mucha claridad, para determinar de forma mucho más certera (hasta ahora no se podía) qué tratamiento es más conveniente para cada caso.
¿Cuáles son los datos estadísticos que existen sobre la enfermedad en el país?
El cáncer de mama es, por lejos, el más común en la mujer. Hay que calcular que el cáncer de cuello de útero (principalmente en el NEA y el NOA, donde es una problemática importante) en todas las estadísticas, igual están superadas por el cáncer de mama. Sólo en Formosa y Jujuy el cáncer de cuello de útero tiene una tasa de agresividad sobre las mujeres que es superior al otro. Sin embargo, las estadísticas surgen todas por inferencia, no hay un registro nacional de tumores. En Capital somos muchos los centros que manejamos nuestras estadísticas. Lo que sabemos con claridad es que alrededor de 6.000 pacientes mueren por año por cáncer de mama en el país, lo cual lleva a la cifra de que cada año en el país se diagnostican entre 20 y 22 mil nuevos cánceres de mama.
El camino sigue siendo la prevención y el diagnóstico temprano…
El camino, como en toda la medicina, es la verdadera prevención, es decir, la primaria: qué se puede hacer para que no aparezca. Sin embargo, en mama es muy poco lo que se puede hacer para prevenir porque es un cáncer que aumenta con la edad. Entonces, la prevención primaria es escasa. Nos tenemos que basar en la prevención secundaria. Si se hacen consultas periódicas, si la mujer se controla, no va a evitar que el cáncer aparezca, que sería el objetivo de la primaria, pero se lo puede encontrar en etapas en que las posibilidades de éxito son superiores al tratarlo tempranamente.
¿Hay toma de conciencia?
Sí y no. Hay toma de conciencia en el sentido de que todo el mundo ha oído a hablar de la prevención, pero otra cosa es cumplirlo. Doy un ejemplo sencillo: el papanicolau es un estudio para prevenir el cáncer de cuello de útero del que todo el mundo ha oído hablar; ahora, ¿cuántas van a control? Ni hablar que tienen que estar los recursos instalados: mamógrafos, ecógrafos a los que la gente pueda tener acceso. Es un tema de salud pública. Para lograr tratamientos exitosos, es fundamental la detección temprana.
Si ves el mapa de Argentina, recursos instalados hay muchos más de lo que creemos. El problema es la capacidad para acceder a ellos, porque hay muchos en el sector privado y menos en el sector público. Después, por la extensión del país, de pronto hay localidades donde es mucho más difícil acceder.