Delincuentes hasta el momento desconocidos golpearon a última hora del viernes en una vivienda de la avenida Centenario de la capital provincial y se alzaron con alrededor de medio millón de pesos, entre moneda nacional y extranjera. Los investigadores creen que no fue una casualidad: la víctima resultó ser un juez de Paz.
El episodio tuvo lugar a escasos metros del centro posadeño y derivó en un importante operativo de la Policía provincial. Efectivos de la Dirección de Investigaciones, de la Agrupación Motorizada y de las comisarías Primera y Segunda realizaban anoche, al cierre de esta edición, diferentes labores con el objetivo de dar con los autores del ilícito.
Según pudo saber PRIMERA EDICIÓN, todo se descubrió alrededor de las 20.30 del último viernes, cuando el magistrado de 63 años regresó a su casa de la avenida Centenario al 2700. Al ingresar, descubrió con temor que el portón trasero de la vivienda, que da hacia un patio interno, había sido violentado.
El juez no tardó en entender lo sucedido. Y para cerciorarse y confirmar la peor de sus sospechas, corrió hacia una de las habitaciones en las que posee una suerte de estudio y/u oficina. Allí, en el escritorio, notó que los ladrones habían encontrado el cajón en el que guardaba sus ahorros, según apuntaría luego a los policías.
De ese lugar, los delincuentes extrajeron alrededor de 300 mil pesos en efectivo y unos 8 mil dólares, algo así como 248 mil pesos argentinos, al valor de cambio actual. No obstante, pese al importante monto, los maleantes no se conformaron solamente con los billetes y también se llevaron de la escena una computadora portátil, un teléfono celular marca Samsung e incluso una tarjeta de débito a nombre de la pareja del magistrado provincial.
Conocido el episodio, los policías rodearon la zona, a la vez que personal de Criminalística realizó pericias en busca de huellas dactilares de los sospechosos. Al respecto, los investigadores confiaban en las últimas horas en encontrar pistas de los autores en las grabaciones de las cámaras de seguridad de la zona.
En razón de que los dueños de casa se ausentaron por una actividad específica y durante un lapso de dos horas, quizás escaso para quienes pretenden dar este tipo de “golpe”, es que los detectives sospechan que los maleantes pudieron llevar adelante un pormenorizado trabajo de inteligencia previa, para conocer así y reconstruir la “agenda” de la familia.
En el caso interviene el magistrado Carlos Giménez, titular del Juzgado de Instrucción 7 de Posadas, quien ordenó ayer una batería de medidas tendiente a identificar a los delincuentes.