La caja de pesca también tuvo una evolución impresionante en las últimas décadas, y allí la norteamericana Plano se destaca y se queda con más de la mitad del mercado.
Todo comenzó en la década del 50 de la mano de un pescador, Warren “Pete” Henning, quien solía pescar en el mar y padecía la corrosión que provocaba el agua salada en sus cajas de pesca metálicas.
La idea surgió cuando Warren acompañó a su esposa a una tienda de ropas para comprar medias de nylon y vio que estaban almacenadas en cajas plásticas. Cuando volvió a su casa, le pidió a su hijo Jim que diseñara una caja de plástico con bandejas para señuelos y otros artículos. Por entonces, el plástico no tenía muy buena reputación, pero “Pete” siguió adelante con su idea.
Las primeras cajas fueron un verdadero fiasco, ya que llegaron todas rotas cuando un vendedor de Plano las llevó a mostrar a un distribuidor de artículos de pesca en Minesota.
Hasta ese entonces, Henning fabricaba carcasas para electrodomésticos, accesorios para aspiradoras y algo de material bélico, en una fábrica que tenía una docena de empleados.
Ese pequeño taller terminaría convirtiendo en la prestigiosa Plano Molding Company, el mayor fabricante de cajas de aparejos de pesca de plástico en el mundo.
Pete Henning, vicepresidente de la compañía, recordó que la idea de su abuelo era “intentar fabricar una caja de plástico que aguantara la lluvia, el sol y el castigo”. Y arrancó con su proyecto en 1952.
Hoy la planta emplea a más de 200 personas que fabrican 32 cajas de aparejos de línea principal y 15 cajas de servicios.
“Inicialmente tuvimos problemas para convencer a la gente de que el plástico era lo suficientemente resistente como para proteger su equipo de pesca. Sabían que no se oxidaría, pero se mostraron un poco escépticos sobre su fortaleza”, dice Pete.
Claro que ya no sólo fabrican cajas de pesca. Es que la compañía evolucionó y hoy día también tienen en el mercado opciones de almacenamiento para armas, arcos, mochilas, y hasta productos cosméticos