Por Pamela [email protected]. Poeta, músico y cantor, don Salvador Miqueri es historia viva y es presente del chamamé. Contemporáneo de Isaco Abitbol, a Ernesto Montiel, al “Taita” Mario del Tránsito Cocomarola, entre tantos otros baluartes del género, Miqueri fue protagonista y testigo de esos tiempos dorados y adorados del chamamé. Por cada uno de los 67 años que dedicó a la música, con su estilo tradicional y romántico, el poeta cantor es, sin dudas, una gloria de esta expresión del pueblo litoraleño. En trece días, don Salvador cumplirá 86 años, y su amor por lo que hace lo lleva seguir compartiendo sus versos en escenarios de la región, acompañado de su conjunto Trébol de Ases. Es así que desde su Mburucuyá natal llegó a Posadas y por primera vez cantó en el Festival de la Música del Litoral. Fue el sábado 24 de noviembre, que antes de subir al escenario, Miqueri compartió una charla con PRIMERA EDICIÓN en la que evocó recuerdos de esa época de oro del chamamé y de esos años de maestro y cantor. Un maravilloso viaje a su interior que se plasmó en estas líneas.Está cumpliendo 67 años con la música ¿Podría contarnos cómo llegó a ella?Mi hermana se casó en la década del 40 y el marido le trajo a mi hermano una guitarra. Mi hermano no es proclive a tocar guitarra ni a todo esto que yo hago, los hermanos son a veces discretos, él está en otra cosa, le gustan los caballos, las carreras, es hombre de campo, tiene campo, animales, y jugaba al fútbol, o sea, él estaba en otra cosa. Entonces yo por ahí le hurgaba un poquito la guitarra y me iba con unos amigos, y así fui aprendiendo a acompañarme, yo no toco la guitarra como debiera, pero a acompañarme sí y a cantar también. Entonces con esa guitarra empecé a tocar con un primo que ya murió ¡Pobre!, Tito Miqueri, que también tiene grabaciones y con el aprendimos. Tito en el bandoneón y yo en la guitarra y el canto. “Un aire de tango”“Siempre he sido proclive a cantar y a tocar la armónica”, contó Salvador y, a bordo de su relato nos llevó a los años 30, cuando sus hermanas mayores bailaban y él tocaba rancheras, ya que “en ese entonces no había tanto chamamé”, afirmó. “Siempre la música para mí era algo que me gustaba demasiado. Cuando yo estudiaba, lo hacía con la radio prendida escuchando tango, ¡Me gustaba mucho el tango!, me gustaban tanto los tangos que se me pegó algo de los tangos, conocía las orquestas, los cantores, cantaba tango, pero… cantaba así nomás cuando me bañaba ¿Sí? Todo esto fue cuando llegué a cumplir 16 años, que fue cuando me recibí de maestro y de ahí en más ya me fui a mi pueblo, hice el servicio militar. Tan salpicado por el tango estoy que estuve en un homenaje que me hicieron en el Congreso de la Nación – que ya me hicieron dos en la Cámara de Diputados y uno en la Cámara de Senadores- y viene un amigo que era ministro en el gobierno de Mestre en Corrientes y me dice ‘La Tana’ (Susana) Rinaldi quiere hablar con usted maestro’, ‘a bueno vamos le digo’ y me responde ‘no, ella quiere venir a donde está usted’ y enseguida vino y me dijo que ella escucha frecuentemente todas mis cosas, porque descubrió que yo le había puesto a mis temas ‘un aire de tango’ y es así”, aseveró el poeta.De allí ese dejo de nostalgia que tienen sus canciones…Claro, es así, no porque haya sido nostálgico, al contrario, yo tengo buena onda siempre.Si bien, Miqueri no ha llevado la cuenta exacta de cuantas canciones ha escrito a lo largo de su carrera, sí confirmó que “pasan las doscientas”. ¿Sigue componiendo?Sí, si, ahora tengo que grabar siete temas nuevos en un nuevo disco, estamos ensayando y estamos por empezar a grabar. El disco se va a llamar “Sin resentimiento”, que es el nombre de uno de los temas nuevos.¿Usted ha sufrido mucho por amor?No … Me casé sí y me separé porque mi ex mujer no consentía esto de la música y de estar por ejemplo un día sábado fuera de mi casa y todo eclosionó con el tiempo. Suerte que nos pusimos de acuerdo y hemos decidido terminar con lo nuestro y…así nomás. Tengo el tema que se llama “Sin resentimiento”, nuevito que versa sobre eso justamente.Don Salvador ¿A quién le escribió ‘Tu pañuelo’?Yo a nadie, mire, la verdad que tengo dos o tres temas que tienen destinatarios, ‘Tu pañuelo’ es una especie de réplica de ‘El pañuelito’ que es un tango, es una cosa parecida ¡vio!, claro que tiene distinto vocablo, distinta orientación, incluso, pero es una cosa muy parecida. ¿Y en el caso de “Imploración”?“Imploración”, le confieso: nosotros en mi pueblo, en ese entonces, en la década del 40, teníamos una usina eléctrica que suministraba fluido hasta las doce de la noche, y a las 23.45 hacía un apagón, entonces todo el mundo a sus casas porque ya no había más luz y era el momento que nosotros, los vagos, teníamos que salir de serenata. Salíamos de serenata, por allí nos pedían algunos pusilánimes que no se animaban a manifestarse a las damas, porque en ese entonces era declararse y esperar a que le contesten y todas esas cosas, ahora no, porque ya está y ya se arreglan. Antes ¡Nooo! Antes era todo una perorata. Y un día vino un amigo y me dijo ‘che tengo ganas de expresarle a una chica lo que siento por ella, pero…un poco que no me animo y otro poco que no tengo oportunidad, y vos con toda la serenata que das, porqué no haces un tema que sea como una declaración de amor’. Así, después de cantar, el se arrimaba y le decía ‘te gustó este tema, yo te lo dedico y hacé de cuenta que te estoy diciendo’.¿Y qué paso allí?No sé, yo le canté (el tema “Imploración” que compuso para esa ocasión), él le dedicó y después no sé porque mi misión terminó allí. Hay muchos casos de esos, muchísimos que me pedían ‘vamos a salir de serenata&rsq
uo;, salíamos, yo cantaba y él se manifestaba…Después de tocar con Tito Miqueri, ¿Cómo siguió su carrera musical?Después me incorporé a Eustaquio Miño (bandoneonista), y después a Cocomarola por diez años. Más tarde, salí de Cocomarola cuando me casé, salí, formé mi conjunto y seguí con el conjunto Vera – Lucero, un dúo muy exitoso.“Argentino Lucero”Durante mucho tiempo, a este eximio poeta se lo conoció por el seudónimo “Argentino Lucero”, conformando el dúo Vera Lucero (con Eustaquio “Nene” Vera) y con el transcurrir de los años volvió a presentarse en los escenarios con su verdadero nombre: Salvador Miqueri. ¿A qué se debe el seudónimo ‘Argentino Lucero’?Soy docente y estaba como vice director en una escuela primaria, que primero se llamaba Graduada Nº 1 y después Escuela Superior Nº 81, situada frente a la plaza de Mburucuyá -una escuela grande que tiene diez, quince divisiones -. Después de haber transitado escuelas de campo, en la escuela que yo empecé con los pininos, ahí fui vice director y por supuesto tenía el turno de la tarde. Por ahí me contrataban con el conjunto que habíamos armado con mi primo (Tito Miqueri) para ir a Corrientes Capital, entonces era muy azaroso viajar, no había tantos colectivos, ni tanta movilidad, ni asfalto. Entonces, yo estaba en Corrientes, porque el director, amigo mío me cruzaba una circular, donde me decía que tenía que hacerme cargo del turno de la mañana del viernes, de suerte que a la tarde podía viajar, llegar a la noche y actuar viernes, sábado y domingo y el lunes ya me iba a mi pueblo, y a la tarde daba clases, hasta que un día un presidente del Consejo de Educación me llamó y me dijo: ‘Dígame Miqueri ¿Cómo hace usted para estar en la Escuela (Mburucuyá) y después poder actuar a la noche acá (Corrientes), cómo viene?’, como diciéndome ‘¿Qué es lo que anda haciendo?’ y entonces tuve que explicarle. Y me encontré con un amigo y colega que me dijo ‘déjate de embromar Salvador, ponete un seudónimo entonces no te pescan más’ y me puse el nombre de ‘Argentino Lucero’. Y con ese nombre canté con Eustaquio Miño, formamos el dúo Vera Lucero y ahora no, yo canto con el nombre mío, ya no tengo compromiso de escuela ni nada, pero hay gente que todavía no sabe identificarme como Lucero y como Miqueri, pero con el tiempo van enterándose.¿Cuál fue la primera canción que compuso?“Ilusión perdida”, y tiene aires de tango como casi todas mis canciones.Con respecto a esta primera canción que compuso don Salvador se puede agregar que “Ilusión perdida” fue grabada por primera vez por el Trío Cocomarola, con las voces del dúo Vera -Lucero, el 16 de julio de 1952.¿Qué puede destacar de su paso por el conjunto del ‘Taita del Chamamé’ Mario del Tránsito Cocomarola?Yo lo tuve de maestro a Cocomarola, él fue un genio musical comparable con los grandes genios musicales del universo, solamente que los otros se dedicaron a hacer música erudita, clásica, y Cocomarola se dedicó a hacer chamamé y nada más, pero si él se hubiese dedicado a hacer música erudita con toda seguridad que también no hubiese desentonado.Podría relatarnos cómo fue esa época dorada del chamamé, donde en un escenario estaba don Ernesto Montiel, en otro Isaquito, en otro usted con Cocomarola…La verdad es que en Buenos Aires confluían todas esas manifestaciones, porque habían siete u ocho locales bailables en la Capital, no como ahora. Año 48, que fue cuando yo me inicié, después del 50 al 59 estuve con Cocomarola, íbamos a actuar siempre y había bailes en todos esos locales, nos turnábamos, fui amigo de todos ellos. Inclusive a mi Ernesto Montiel cuando se fue ‘El campiriño Pedro’ (Pedro de Ciervi) me invitó para que vaya a cantar con el Santa Ana, pero yo ya estaba con el dúo Vera- Lucero y le dije ‘mirá tengo compromisos con Cocomarola, no lo puedo dejar’, inclusive se disgustó conmigo, ni me saludaba por un tiempo, porque no era disculpable por decirlo de una forma, decirle que no a Santa Ana, yo le dije que no porque tenía compromisos con Vera Lucero y con Cocomarola.Para mí, Ernesto Montiel, Isaco Abitbol, Cocomarola son grandes músicos, excelentes, monstruos de la música. El chamamé tiene vertientes fundamentales, la cocomarolera, que es la del noroeste de la provincia de Corrientes, con extensión a Misiones, Chaco, Formosa, Santa Fe y la Montialera que está todo sobre la costa del río Uruguay. Don Isaco era un gran admirador de Cocomarola…Sí, Isaco era cocomarolero y Cocomarola era isaquero…Isaco parecía tener también un aire de tango en su bandoneón…Yo lo escuché a Isaco tocar tango con (Roberto) Grela, el guitarrista en el trío de Anibal Troilo. Una vez estuve yo en un espectáculo en la calle Suipacha, que era la Casa de Corrientes en Buenos Aires, Troilo estaba dedicando a todas las provincias algunos temas, hasta que por ahí saltó uno y le dijo ‘che vos estás en la Casa de Corrientes y no sos capaz de dedicarle un tema a la provincia de Corrientes’, y él dijo ‘yo dejé a esta provincia para el postre para hacer mención a Corrientes porque hay un correntino, de Alvear, que se dedicó ¡Gracias a Dios! a hacer chamamé, porque si hubiera estado tocando tango, nosotros estaríamos hombreando harina’. Esodijo Troilo sobre Isaco, y yo estuve presente, yo estuve allí, era el año 49 o 50.Teniendo en cuenta que usted es un chamamesero tradicional, cuando ve que al chamamé se incorpora batería, por ejemplo ¿Qué piensa?Ah, no, no, eso me disgusta, a mi toda la música me gusta, pero que no se aventuren a decir chamamé y que estén tocando con batería, con timbales, con tambores, entonces eso no es chamamé.¿Y cómo concibe usted al chamamé?El chamamé es el chamamé, no somos dueño de la verdad, es el que hacemos nosotros, el que hacen todos los conjuntos tradicionales. En el Festival de Mburucuyá, por ejemplo, no pueden ir a tocar lo que tienen tambores, timbales, no les admiten. Es un reducto inexpugnable, la gente que va a Mburucuyá sabe que tiene que hacer lo que tiene que hacer, porque o sino no toca.¿Lo veremos en 2013 en la Fiesta del Chamamé?Por supuesto, voy a hacer la apertura, el 9 de enero. Salvador, el 15 de diciembre est&a
acute; por cumplir 86 años… (Al decirle esto, al silencio inicial, le siguió una pícara sonrisa que le iluminó el rostro, sorprendido tal vez, porque mencionamos la verdadera fecha de su cumpleaños) Sí, en realidad nací el 15 pero me anotaron el 17 porque, según me refirió mi madre, era un día sábado, no había registro civil, los domingos tampoco y el lunes recién se fueron a anotarme. Ahora, unos amigos me dijeron ‘no festejes ni el 15, ni el 17, el 16 en Santa Rosa, Corrientes, vamos a reunirnos todos los chamameseros y te vamos a hacer un homenaje en el día de tu cumpleaños y estoy preparado para eso.Esto de andar en tantos escenarios, nos deja ver su espíritu joven y su energía…¡Sí!, la verdad que si, y pienso seguir ¡Hasta que las pilas ardan!, seguramente. Siento que a veces me flaquean las fuerzas, las ganas, el dinamismo, pero es posible. Y como no seguir musiqueando por el Litoral si para Miqueri, el chamamé “es nuestra carta de identidad cultural, y siento la emoción cuando canto uno y otro tema”.Astro luminoso del chamamé, don Salvador ha sido ejemplo y guía para varias generaciones de artistas chamameseros, que siguieron sus pasos e hicieron propias sus canciones. Porque es leyenda, poesía y canto de esa música bien nuestra, Miqueri fue, es y será ¡Lucero del Chamamé!





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