POSADAS. La tranquilidad de un exclusivo barrio privado ubicado en las afueras de la capital provincial, sobre las costas del Paraná, se vio sacudida en las últimas horas cuando un grupo de al menos siete delincuentes armados irrumpió en la noche, maniató a dos empleados del lugar, vació el inmueble y huyó en lancha por el río.El cinematográfico atraco ocurrió entre la noche del jueves y las primeras horas de ayer en una vivienda de “Costa Mango”, un complejo habitacional privado emplazado detrás del aeropuerto posadeño, donde las víctimas permanecieron encerradas casi ocho horas hasta que fueron liberadas por un sereno.Los malvivientes huyeron de la escena con innumerables objetos de valor en una embarcación de importante tamaño. Hasta anoche, efectivos de la comisaría seccional Séptima, de la Unidad Regional I y de la Dirección de Investigaciones trabajaban para tratar de esclarecer el caso.Solos en la nocheEl insólito y violento episodio se inició alrededor de las 20.30 del pasado jueves en “Costa Mango”, un barrio privado que cuenta con no más de diez casas y que está ubicado sobre la costa del río, pocos metros al oeste de la cabecera norte de la pista del aeropuerto local.A esa hora, tres delincuentes que portaban armas de fuego irrumpieron en una casa de dos plantas que pertenecería a una pareja chaqueña, aunque la vivienda estaría al cuidado de una de las hijas, de profesión ingeniera en sistemas y con actual domicilio en el centro de Posadas.Una fuente de la investigación reveló que el trío de ladrones ingresó a la casa por la única puerta que no tiene alarma, escaló un balcón y sorprendió a una empleada de 27 años que, al parecer, cuida el lugar ante la ausencia de sus dueños. Enseguida, los delincuentes se encargaron también de un cuidador, de 31.Presumiblemente armados con revólveres de distinto calibre, los forajidos no tardaron en reducir a la pareja. Los amordazaron de pies y manos con prendas de vestir para luego amenazarlos. “Al hombre, uno de los ladrones le apoyaba el pie en la espalda y le decía que se quedara quieto o que lo iba a matar”, contó alguien cercano al barrio privado, quien incluso aseguró que alcanzaron a golpear al cuidador en el rostro.Con la situación controlada, los malandras encerraron a la pareja en el baño. Entonces, sin ningún tipo de apuro, comenzaron a embalar electrodomésticos, computadoras, muebles y otros objetos de valor. “Hasta se llevaron una piragua”, reveló una fuente de la investigación. Tanto tiempo tuvieron los delincuentes que hasta se dieron el lujo de preparar un banquete con abundante comida y bebida.Satisfechos, al trío sólo le quedó esperar por sus cómplices. Otros cuatro ladrones llegaron a eso de las 3 de ayer por las aguas del Paraná en una lancha que, debido al importante botín, sería de grandes dimensiones.Luego de embarcar los objetos robados y de beber un último trago a modo de brindis, los siete delincuentes pusieron proa a lo desconocido y se perdieron entre la oscuridad y la bruma que envuelve por las madrugadas al “pariente del mar”. Eran cerca de las 5 de ayer cuando los ladrones partieron con el botín. La pareja siguió encerrada en el baño hasta las 6.30, cuando finalmente fue liberada por otro de los cuidadores que llegaba para iniciar su turno. Recién entonces dieron aviso a las autoridades y la Policía llegó al lugar.Ante los uniformados, las víctimas contaron que uno de los ladrones armados tenía acento “aporteñado”, mientras que otro hablaba en “portuñol”. Los pesquisas no descartan que esto sea sólo una “treta” de los malvivientes para no ser reconocidos.De todas maneras, los investigadores tampoco eliminan la hipótesis de que se trate de una banda foránea, principalmente porque no tuvieron demasiados recaudos a la hora de dejar huellas y otras pistas que pueden ser de valor en el trabajo criminalístico.Además, por la firmeza con la que actuaron, sospechan que incluso pudo haber un presunto “entregador” que “vendió” la casa al grupo delictivo. El río, unazona liberadaSemanas atrás, PRIMERA EDICIÓN publicó en dos ediciones un informe sobre el drama del abigeato, que golpea duro en los campos que dan al Paraná.Según el testimonio de productores ganaderos y vecinos de la zona de Nemesio Parma, a pocos kilómetros de donde robaron ayer, los delincuentes ingresan a los campos por el río, faenan a los animales y se los llevan en barcazas.Como en aquel momento, en la zona volvieron a cargar contra los escasos patrullajes que Prefectura realiza en la zona. “No puede ser que escapen por el río como si nada, es increíble”, reiteraron indignados los habitantes del lugar.





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