POSADAS. Dicen que para apreciar un concierto se deben cerrar los ojos, el contacto entre el artista y el espectador llegará así más fácilmente al espíritu de quien escucha. Nada más inexacto, sobre todo cuando se haya estado en la sala del Teatro Lírico del Centro del Conocimiento en el concierto del octeto vocal marplatense Arsis Nova, en la noche del miércoles.Estructuras rotas para bienCerrando los ojos, en primer término, se hubiera perdido el espectador de ver como los integrantes de este pequeño -en cantidad- orfeón resolvieron con poco -tal vez sea mejor decir con nada- el tema de la escenografía. Unas sillas negras para cada uno y ya está. En sus cuerpos algún complemento (sombreros, ponchos y un elegante y variado vestuario) puso la magia de situar al público en un café porteño, en una esquina rosada o cualquier otra del arrabal de Borges y Gardel, de Eladia y de Cadícamo y otros como Julián Plaza, Cátulo, Stamponi, Piana y Manzi. Tangos a toda vozDel poeta de Añatuya, hicieron “Fuimos”, tango de interpretación difícil para una magistral letra dramática y contrapunteada de Homero Manzi con música de José Dames, el increíble “Tinta Roja”, el incunable “Silbando” y el vals “Caserón de Tejas” (todos de Cátulo Castillo y Sebastián Piana). Además, “Danzarín” (Julián Plaza), aquel “Último Café”, ganador del Festival de la Canción (Luna Park, Buenos Aires, primera mitad de la década del 60), de Cátulo con Stamponi. Astor, inseparableSon marplatenses, por eso y porque su repertorio está seleccionado con evidente buen gusto y con exigencias profesionales, Astor Piazzolla está escrito tres veces en el programa de Arsis Nova con “Los pájaros perdidos” (letra de Mario Trejo) y dos poemas de Borges (Jorge Luis): “Jacinto Chiclana” y, para el cierre del concierto, “Alguien le dice al tango”. ¿Instrumental?La primera parte fue algo “instrumental” y cantada en inglés (en su mayoría). Abrieron con un tema de “El fantasma de la Ópera”, que fue la primera sorpresa de la noche. Sólo apareció en la escena, en penumbras, la pianista (mezzo y directora) Graciela Véspoli y tras varios compases desde la platea llegó la soprano, luego el tenor y sobre el final de la pieza los cinco integrantes que faltaban. Entonces se apreció que cada uno llevaba colocado un micrófono inalámbrico (“orejeras” en la jerga técnica de sonidos), lo que les permitía desplazarse por todo el teatro rompiendo con las clásicas estructuras que rodean a un recital coral. Los coreutas de Arsis Nova no sólo cantan, también bailan (como en el vals), recitan y actúan, siendo su parlamento la letra de la canción en algunos casos. Esto esclarece lo dicho: ¿para qué cerrar los ojos” Quien los tuvo abiertos se solazó con la expresión corporal, por el dominio del escenario y los elementos exiguos de la escenografía.Replay Volviendo al inglés ¿quien no recuerda al George Gherswin de “Rapsody in blue”? No hicieron ese tema inolvidable; pero desempolvaron con sus voces un tema de “Un americano en París”, “Tengo ritmo”, antes habían hecho el tema de amor de “El Fantasma de la ópera”, de Lloyd Weber y después esa canción magistral interpretada por Sachmo (Luis Armstrong) , “What a wonderfull world”, Qué maravilloso mundo, extrañamente atribuida al filme “Buenos días Vietnam”; dos temas más de Henry Mancini y de Lennon y Mac Cartney y, finalmente, para el show en inglés una versión de “16 toneladas”, canción un poco country, un poco “black spiritual” que popularizaron Los Plateros y que en el caso de Arsis Nova permite apreciar las cualidades del bajo del grupo. ¿Instrumental?Falta explicar lo de “instrumental”: es que si uno hubiera cerrado los, ojos habría pensado que estaba en un recital de algún grupo de Enrique “Chango” Farías Gómez, de los Gómez Carrillo o de Los Huanca Ruá. Como para no desilusionar al público, el octeto marplatense, poseedor de extenso currículum y que ha viajado por muchos lugares del mundo, a la hora del bis entregó un gato, “El Pintao de los Hermanos” y al final “La vieja”, chacarera trunca de Los Hermanos Díaz y Oscar Valles. Muchos de más de cincuenta rememoraron esos sonidos increíbles del grupo Los Huanca Huá y aquí está la explicación de lo de temas “instrumentales”: Arsis Nova emplea un instrumento que todos los humanos poseemos pero que no todos supimos o pudimos utilizar a pleno, la voz.Al finalizar invitaron al escenario a Bebi D’Indio, gestora de la presentación; Daniel Fiorino, director del Sipted, auspiciante del encuentro, y a Benito del Puerto, del Teatro Lírico, para hacerles entrega de obsequios, ocasión que la directora de la Asociación Coral Misiones propició para leer un saludo a quienes posibilitaron la actuación de Arsis Nova en Misiones.




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