POSADAS. “Para enseñar Ciencias hay que ponerse en los zapatos de los alumnos”, indicaron Nadia Goldweic y Andrea Paula Goldin, de la Asociación Civil Expedición Ciencia durante el “Taller de Actualización Docente en Enseñanza de las Ciencias”, que convocó a un grupo de veinte educadores de distintas localidades de la provincia y que fue dictado el jueves, en la sede de la Subsecretaría de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva. Los docentes experimentaron y debatieron sobre las tradicionales formas de enseñar ciencias, “algo que ya debe quedar en el pasado, porque los chicos y la tecnología te demandan otras cosas”, argumentaron las encargadas del taller. “La idea es ofrecer herramientas al docente para enseñar a los chicos de primaria y secundaria a pensar científicamente, sin importar haber estado en un laboratorio ni siendo un alumno brillante. Es una forma de pensar y eso te lo deben enseñar para utilizarlo”, indicó Goldweic. El eje del taller fue promover el pensamiento crítico a través de algunos experimentos simples y con materiales de uso cotidiano, como detergente, mate, clavos e imanes. “Hay que dejar de lado la postura de ser por un lado el profesor y por el otro el alumno. Esa forma de autoridad, por llamarlo de alguna manera, inhibe a los estudiantes para pensar de manera creativa”, aseguró a los docentes una de las coordinadoras. El principio de autoridad en la forma de enseñar ciencias fue cuestionado por las especialistas, puesto que “provoca distanciamiento con los alumnos al usar términos técnicos”. Las integrantes de Expedición Ciencia coincidieron en afirmar que los docentes deben educar con un lenguaje sencillo e incluir a los alumnos en cada uno de los experimentos y, de ser posible, con cosas que se usan de manera habitual. “La mejor forma de aprender es jugando”, aseguró Goldin y añadió: “Hay cosas de la enseñanza que afectan de manera negativa la vocación científica que tengan los chicos. Es fácil decir yo no puedo o no me gusta, pero eso es falso porque la ciencia está al alcance de todos y podemos hacerlo, ya que es un trabajo como cualquier otro”. Goldweic indicó que los docentes se deben ubicar en los zapatos de los alumnos para instruirlos, “las experiencias que nosotros utilizamos son las mismas que nos enseñaron, porque estas nos permitieron ponernos en los zapatos de nuestros alumnos para poder comprender el lugar del otro y empezar a plantear en cada escuela nuevas formas de enseñar ciencias”.





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