ILLAPEL, Chile (AFP-NA). Al me-nos diez muertos dejaba un potente terremoto de 8,3 grados que azotó al centro y norte de Chile el miércoles, cuando los chilenos vivieron “una noche de pesadilla”, con decenas de réplicas y un posterior tsunami que devastó parte del borde costero.“Vivimos una noche de pesadilla, el movimiento fue mucho y fue largo, demasiado largo y siguió con las réplicas”, dijo a la AFP María Ramírez, mientras barría la puerta de su casa ubicada frente al cementerio de Illapel, un pueblo de 31.000 habitantes y uno de los lugares más afectados por el sismo.El ministro del Interior y Seguridad, Jorge Burgos, reportó ayer que dos nuevas víctimas fatales se sumaron en las últimas horas para elevar el saldo preliminar a un total de 10 muertos.El sismo se sintió a las 19.54 ( hora local) del miércoles y tuvo su epicentro a 42 km al oeste de la pequeña localidad de Canela Baja, en el norte de Chile.El movimiento telúrico activó de inmediato una alerta de tsunami en todo el borde costero chileno y varios países con costas sobre el Pacífico, que fue cancelada horas después. Ciudad destruidaOlas de casi 4,5 metros azotaron a varias comunas de la región de Coquimbo. Una de las localidades más afectadas fue el pueblo pesquero de Tongoy, de casi 4.400 habitantes, donde imágenes de la televisión local mostraban la devastación de todo su borde costero. No se lamentaban sin embargo víctimas fatales en este balneario.Varios locales comerciales que se aprestaban a recibir a un gran número de turistas producto del esperado feriado de fiestas patrias fueron arrasados por el avance de las olas. “La ciudad está destruida. Aquí fue terrible”, narró un vecino de Tongoy a TVN.El puerto de la ciudad de Coquimbo sufrió también “severos daños”, de acuerdo con las autoridades. En el puerto de Valparaíso, a unos 120 km al oeste de Santiago, las olas alcanzaron casi los dos metros, de acuerdo a un reporte de la Marina chilena. En la localidad de Concón, el agua arrasó con varios restaurantes cercanos a la playa.El más potente de 2015“Se trata de un terremoto de gran magnitud, que lo ubica como el terremoto más potente que ha tenido el mundo este 2015, pero los chilenos estamos acostumbrados”, dijo el ministro Burgos.El movimiento telúrico se sintió también en Argentina, especialmente en la zona fronteriza con Chile, pero también en su capital Buenos Aires, a más de 1.500 km al este del epicentro.Los recuerdos de 2010En Illapel, las primeras horas de ayer dejaron a la vista las marcas de la tragedia, con la destrucción de casas construidas en su mayoría con materiales livianos, en tanto el cementerio local era un caos con decenas de cruces, jarrones y tumbas hechas añicos, constató la AFP.La presidenta Michelle Bachelet advirtió, sin embargo, antes de viajar a la zona de desastre que “todavía no tenemos una real magnitud del daño causado”.El ministro de Hacienda, Rodrigo Valdés, coincidió en que aún era prematuro para evaluar los daños económicos y comprometió la reasignación de recursos para enfrentar la tragedia.“Tenemos muchos gastos distintos, habrá que ver prioridades en ese caso. Creo que es un momento en que la palabra priorizar suena más fácil de entender. Hay muchos proyectos en curso y será necesario gradualizar algunos para hacerle espacio a la necesidad de ayuda”, afirmó.En el 2010, la zona central de Chile fue sacudida por un terremoto de 8,8 grados y un posterior tsunami, que dejó más de 500 muertos.En abril del año pasado, otro sismo, de 8,2 grados, sacudió a la cuidad de Iquique, dejando seis muertos.Mejor preparadosBachelet asimismo, destacó los “estándares de construcción” que tiene este país, uno de los más sísmicos del mundo, que han “permitido que la infraestructura respondiera adecuadamente”.“Todos han dicho que éste es el sexto terremoto en la historia de Chile (…), pero frente a eso es que hasta ahora la respuesta ha sido buena”, destacó la mandataria, que decretó zona de catástrofe para la provincia de Choapa (norte), donde se localizó el epicentro del sismo.Ello implica que dicha región queda bajo mando militar y el Estado entregará mayores recursos a la localidad para atender la emergencia.La alerta de tsunami motivó la evacuación hacia sectores altos de un millón de personas, sin mayores complicaciones en todo el territorio nacional. “Se evacuó ordenadamente a casi un millón de chilenos y chilenas”, dijo Burgos.Las clases fueron suspendidas en las poblaciones costeras de la región centro-norte, mientras decenas de réplicas, algunas de ellas de gran intensidad, continuaban registrándose este jueves y mantenían en alerta a la población.La cuprífera Codelco, la mayor productora de cobre del mundo con cerca del 11% del total mundial, informó que ni sus trabajadores ni sus operaciones sufrieron daños.Una odiseaLlegar a Illapel se constituyó en toda una odisea para los turistas que el sismo encontró en la ruta en víspera de un fin de semana largo, o para quienes fueron hasta allí para reunirse con familiares tras el sismo. Igual para los equipos de prensa que se trasladaron inmediatamente al lugar.Recorrer los 230 km que separan a Illapel de Santiago llevó unas diez horas sobre la ruta cinco, que une a la capital con el norte del país.En un trayecto que demora habitualmente menos de la mitad, el viaje se volvió eterno luego de que la policía cortara la ruta en varias partes donde el camino se acerca peligrosamente al mar mientras la alerta de tsunami estaba vigente.“Lo peor fue estar en la ruta cuando pasó todo. El temblor fue tan fuerte que me costó controlar el auto, pero lo peor era saber que mi hija estaba en mi casa sola”, comentó con voz angustiada Freddy Gómez, vecino de Illapel, que logró llegar a su ciudad en la noche del miércoles.Ayer la ciudad comenzaba a levantar los escombros y a pensar ya en el próximo terremoto, “porque así es nuestro Chile, aunque nunca vamos a acostumbrarnos”, dijo Gómez.





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