Al final la única revolución fue la de las tarifas. El vamos juntos era en realidad una invitación a endeudarnos todos.
Era la revolución de la alegría y el vamos juntos hacia un mañana mejor. Era lo peor ya pasó y los salarios ya le ganan a la inflación. Era vamos a eliminar el impuesto a las Ganancias y no vamos a buscar financiamiento externo por lo que queda de 2018. Era el cambio.
Al final la única revolución fue la de las tarifas. El vamos juntos era en realidad una invitación a endeudarnos todos. Lo peor ya pasó sigue siendo el hit y volverá a escucharse en breve y más adelante también. Al final era a la inversa, los salarios se achican todos los días de la mano de la devaluación, mientras la inflación corre fugaz en sentido contrario.
Al final la eliminación o moderación del impuesto a las Ganancias hoy atrapa a más trabajadores que antes.
Y ayer lo ataron todo con un moño de contradicción oficialista.
Es noticia, aunque ellos mismos lo desmentían. Estamos en crisis, es profunda y nos vamos a endeudar por un largo período con el organismo más letal de todos los formales. El mismo que se mete en los programas internos para imponer ajuste a todos, incluso a los jubilados.
De un tiempo a esta parte esta misma columna sirvió para desmontar los discursos oficialistas (los de antes y el de ahora). Y otra vez la realidad se impuso a la ficción.
Y para colmo la realidad es más dura de lo imaginado. Implica volver a lugares y estadíos que ya habíamos superado y que figuran en nuestros libros de historia entre los capítulos más bravos.
Y ahora dirán que es un préstamo preventivo, que el Banco Central está sólido, que los cerebros del oficialismo ya habían previsto este escenario, que no hay que estar tan pendientes del dólar…
Dejaron flotar los combustibles y ahora piden que los precios se paralicen. Liberaron al dólar y ahora deben poner en juego las reservas todos los días. Invitaron a todos a tomar los formidables créditos UVA y ya tuvieron que ofertar un seguro anticíclico.
Dijeron que estábamos bien, fuertes y en desarrollo. Y nos acaban de avisar que nuestros hijos y nietos ya están endeudados. En definitiva ayer le pusieron el moño al engaño.
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