"Entre el cielo y las aguas más profundas" es una novela sobre el Titanic, el mítico trasatlántico que naufragó en los mares del norte, luego de impactar con un iceberg en su viaje inaugural frente a las costas de Terranova, que llega para deleitarse de la mano de Valeria Scherf Vanstrien, tras exitosas publicaciones, como “Historias de europeos en la tierra colorada” y “Nada es para siempre”.Una vez más, la escritora misionera residente en los Estados Unidos encontró en hechos pasados la esencia de un texto para dejarse llevar página tras página. Es que “me gusta mucho la historia, a veces me pongo a pensar en distintos eventos que ocurrieron y cómo habrán afectado directamente a las personas que los vivieron. La última vez que fuimos a una playa en Carolina del Norte, jugaba con mi hijo mientras contemplaba ese océano infinito y poderoso, en constante movimiento, sin poder dejar de imaginarme todas las historias y secretos que guarda celosamente en sus profundidades. El agua estaba un poco fría y no pude evitar reflexionar sobre lo helada que habrá estado cuando ocurrió la tragedia del Titanic, con 2.208 pasajeros a bordo. No pude dejar de pensar en este tema y decidí escribir una historia, que terminó siendo esta novela”, contó la escritora a PRIMERA EDICIÓN.A partir de allí surgieron un sin número de datos, muchos conocidos, como que“era el barco más grande y, junto al Olympic, fue el más lujoso, avanzado y moderno construido con la última tecnología del momento, diseñado para satisfacer los caprichos de los pasajeros más exigentes. Sin embargo, en él perdieron la vida 1.496 pasajeros en su viaje inaugural y sólo 712 personas sobrevivieron”, sostuvo Scherf Vanstrien.“Cada una a bordo tenía una historia de vida, muchas con un pasado interesante y muy particular. Lamentablemente, los que más perecieron fueron los de tercera clase, incluyendo mujeres y niños. Esto porque las áreas estaban delimitadas entre una categoría y otra, y los oficiales permitieron que mujeres y niños ascendieran a la cubierta recién cuando la mayoría de los botes habían partido. Además, muchos pasajeros no entendían inglés, por lo que no comprendían las órdenes de la tripulación. Los hombres de primera clase podían acompañar y alentar a las mujeres a que aborden los botes, pero los de tercera clase no tenían permitido ascender y muchas no quisieron abandonar a sus esposos; por ende, quedaron con ellos en las cubiertas inferiores. Incluso a los hombres de tercera clase se les permitió subir recién cuando al Titanic le quedaban menos de treinta minutos sobre la superficie”, agregó.Fueron tantas las “vidas que acabaron trágicamente entre aquel cielo estrellado y aquellas aguas frías, oscuras y abismales de ese gran océano. Sin embargo, la historia de varias de ellas quedó registrada en notas, libros, cartas o páginas Web. Algunas se convirtieron en mitos o relatos inolvidables y se mantuvieron vivas, a pesar del paso del tiempo y lo acontecido en aquella noche infausta del 14 al 15 de abril de 1912. En el libro traté de incluir o nombrar algunas, pero también dejé que mi imaginación me llevara a lo que habrá sido de algunos de esos pasajeros de primera o tercera clase, incluyendo sus pasados, miedos, sueños, creencias, etc”, confió.Además, subrayó que “a bordo había una mujer nacida en Argentina, Violet Jessop, quien sobrevivió al hundimiento. Por supuesto, la incluí en la historia e intenté contar un poco la experiencia desde su punto de vista, recordando que muchos inmigrantes viajaban a bordo con muchísimos sueños, anhelos y esperanzas y el ser una inmigrante en América del Norte, me motivó aún más escribir esta historia”.“Este libro quiere hacer honor a los miembros de la tripulación que con valentía y coraje continuaron con su función hasta el último instante, a pesar que veían cómo las distintas cubiertas se inundaban con rapidez, así como a las mujeres, niños y hombres inocentes que fallecieron, en especial a los de tercera clase”, continuó Scherf Vanstrien.Más que colaboradoresValeria Scherf Vanstrien recordó además a quienes de una u otra forma le permitieron reflejar toda esta historia en las páginas de un libro y agradeció a “Leonor Kuhn, quien fue mi profesora en el colegio secundario San Alberto Magno, de Puerto Rico; a Romina Dominguez de Fehr y a Rafael Auras, por corregir el texto, así como lo hicieron con ‘Historias de europeos en la tierra colorada’, ‘Nada es para siempre’ e ‘Yvoty, la elegida del Yaguareté’”, dijo.Y a “Helen Baumgarten, por facilitarme fotografías para ser utilizadas en la cubierta de este libro, como a Gabriela Lázaro, por controlar el vocabulario y las frases traducidas al italiano, a Larry Syverson, por proveerme gentilmente información de su familiar; y Carl Johnson, sobreviviente del Titanic”, añadió. Para conocer más acerca del libro, Valeria Scherf Vanstrien invita a visitar la página de Facebook <a href="https://www.facebook.com/Entreelcieloylasaguasmasprofundas/notifications/">https://www.facebook.com/Entreelcieloylasaguasmasprofundas/notifications/</a> Misionera en el norteValeria Scherf Vanstrien nació en Puerto Rico, Misiones. Cursó sus estudios primarios y secundarios en el Colegio San Alberto Magno. Asistió al Instituto Superior Antonio Ruiz de Montoya, donde egresó con el título de Profesora de Inglés, profesión que ejerció en el Colegio Posadas Moderno, en la Escuela Superior de Comercio 2 Independencia Nacional y en el Ipesmi de Jardín América y Eldorado.En 2006 fue seleccionada por la organización americana VIF Program (Visiting International Faculty) para trabajar como docente de Inglés como Segunda Lengua, en una escuela pública de Charlotte, Carolina del Norte y en 2009 egresó con un grado de Maestría en Teaching English to Speakers of Other Languages y en 2011 con otro grado de Maestría en Educación en el Montreat College, ambas instituciones educativas ubicadas en Carolina del Norte, Estados Unidos.Actualmente vive en Estados Unidos con su esposo e hijos, donde en 2014 publicó “Historias de europeos en la tierra colorada” (versión en español) y “Stories of the Red Soil Immigrants” (versión en inglés), al que continuaron “Nada es para siempre” e “Yvoty, la elegida del Yaguareté”.





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