Paraguay declaró la emergencia ambiental por la sequía en la cuenca del río Pilcomayo, considerada por las autoridades la peor de los últimos 19 años.El Senado del país vecino aprobó la declaración de emergencia ambiental en la cuenca paraguaya del Pilcomayo y el presidente de la Cámara, Mario Abdo Benítez, calificó a la sequía y a la alta mortandad de animales en la zona como “tragedia ecológica”.Es que la falta de agua en el curso hídrico que discurre entre Bolivia, Paraguay y Argentina provocó la muerte de varias especies animales de la zona, como carpinchos, yacarés o peces, algunas de ellas protegidas.Lo advertían“Diez meses de advertencia no sirvieron para que el Gobierno reaccione de forma determinada”, opinó el diario ABC Color. Ahora se dispuso un urgente plan de contingencia que prevé el traslado de animales a algún lugar con agua, aunque todavía no saben dónde ni con qué recursos humanos y materiales lo harán. Además, para empeorar el panorama, se avecina una fuerte sequía de la mano del fenómeno La Niña, según las previsiones actuales. Y el problema de fondo, que el río Pilcomayo está retrocediendo, no encuentra planes a corto ni a mediano plazo en Paraguay.“Las consecuencias de la colmatación del Pilcomayo llegan a tal punto que en algunas zonas del Chaco los pobladores y animales pueden realizar una caminata sobre el río”, señalaba una publicación durante los primeros días de agosto de 2015, hace casi un año. Ya en ese entonces se hablaba de la colmatación en la embocadura del río.Para fines de septiembre, las autoridades locales urgían la limpieza y la preocupación iba en aumento entre los pobladores de Pozo Hondo en el departamento de Mariscal Estigarribia; sin embargo, unos días después a inicios de octubre, el Gobierno desde el Ministerio de Obras Públicas del Paraguay minimizaba la situación. “Se pudo constatar que existe suficiente cantidad de agua en los reservorios de los bañados y tajamares, por lo tanto (…) no hay un riesgo inmediato de falta de agua para la ganadería en toda la cuenca del Pilcomayo”, rezaba parte del comunicado emitido desde la cartera de Estado que aseguraba que productores de colonias ribereñas como Margariño no tendrían problemas.Prometían además que en unos días más se iniciarían los trabajos de limpieza y así terminó octubre, con promesas. Cerca de mediados de noviembre del año pasado comenzaban a caer las lluvias en la cuenca alta del Pilcomayo, en Bolivia, y se esperaba que se cumpla el ciclo de la riada en la cuenca baja (zona del Chaco) que suele darse entre diciembre y marzo de cada año.Tras cinco meses de retraso, un tímido intento. Se realizaron algunos trabajos pero de manera negligente, denunciaban pobladores. “Lo que hacen no sirve para nada -agregó-, apenas si están limpiando el cauce pero la arena queda todo dentro. Cuando venga el agua, caerá de nuevo en el lecho”, dijo una mujer que residía en la zona. Comenzaron las denuncias, unas tras otras sobre las irregularidades en el manejo de la comisión del Pilcomayo en manos de Daniel Garay Palacios, así como las advertencias sobre el alto impacto negativo para la biodiversidad en la zona.Para enero de 2016, las lluvias en la cuenca alta disminuyeron y a eso se sumó los trabajos mal hechos, entonces estaba claro que el agua no llegaría a Paraguay este año y a pesar de ello Obras Públicas no reaccionó a tiempo. Daniel Garay seguía insistiendo en que el agua llegaría, que los trabajos se estaban haciendo.El cauce está seco, se perdió gran cantidad de producción agrícola y puestos de trabajo, dijo un productor de la zona. Luego vino lo peor: las imágenes de los animales empantanados, atrapados en el lodazal casi seco. Peces, yacarés y carpinchos muertos por todas partes. La advertencia se cumplió.Denuncian desvío millonarioDe los 10 millones de dólares que recibió la Comisión Nacional del Río Pilcomayo, cuando era presidida por su extitular Daniel Garay, 4,2 millones se fueron en trabajos que no se ejecutaron conforme al pliego de bases y condiciones o que directamente no se efectuaron, según la denuncia que elevó el Ministerio de Obras Públicas y Comunicaciones (MOPC) a la Fiscalía, y en la que se enumeran las irregularidades detectadas durante la auditoría, que ya finalizó.La intervención halló facturas de reparaciones de vehículos que fueron encontrados sin funcionar y hasta sin motor. También se pagaron millonarios fondos en concepto de “movilización de obra”, cuando la contratista ocupa una buena parte de la superficie del campamento en la embocadura de la Comisión Nacional del Río Pilcomayo. Es decir, el desembolso está totalmente injustificado."Un solo yacaré muerto"Durante el recorrido realizado en Laguna Escalante, tanto el ministro de Obras Públicas Ramón Jiménez Gaona, como Rolando de Barros de la Secretaría de Medio Ambiente minimizaron el impacto ambiental del no ingreso de aguas en el canal paraguayo del mencionado río chaqueño. Ambos ministros constataron un “solo yacaré muerto” durante la segundo día de inspección en la zona.De acuerdo al informe institucional, en algunos puntos la biodiversidad se mantiene estable con cierta cantidad de agua y aseguran que en Laguna Escalante lleva más de 25 años seco, según manifestaciones de los lugareños y que no obedecería a la sequía actual.Si bien ambos entes estatales evitan hablar de un desastre ya han identificado los puntos considerados como críticos que corresponden a la cuenca media del río, como en la zona denominada como cañada La Madrid, que concentra una importante cantidad de yacarés, pero sin agua suficiente para su subsistencia.En este punto se prevé que un equipo realice perforaciones para extracción de agua y el envío de dos camiones cisterna para que la población acceda al vital líquido al igual que los animales que dependen del mismo.





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