Pasaron tres meses desde que PRIMERA EDICIÓN reveló que el exgobernador Maurice Closs gastó 20 millones de pesos en un parque acuático en Puerto Libertad, que inauguró a las apuradas en diciembre pasado, antes de dejar el mandato, sabiendo que no funcionaba (o se lo ocultaron) ya que al otro día colocaron un cartel de “prohibido el ingreso”.En marzo, el arquitecto Ewaldo “Tito” Rindfleisch, director de Arquitectura y amigo del exgobernador, prometió que el organismo realizaría una investigación para determinar si el error de la obra fue del organismo público o de la empresa constructora.Lo que ocurrió con el Parque Acuático es que con las primeras lluvias, el embalse del lago Urugua-í creció y el agua avanzó sobre las instalaciones del parque y sobre las piletas. Increíblemente la construcción se hizo por debajo de la cota del lago o no se calculó el crecimiento del nivel del agua.Lo que se espera por parte de la comunidad es que alguien se haga responsable de los 20 millones de pesos despilfarrados en una obra inútil que se anunciaba como el paso inicial del desarrollo del turismo para la región.Si la investigación en Arquitectura avanzó y descubrieron las responsabilidades, el director Rindfleisch se guardó las conclusiones. La población local, que en un principio se ilusionó, ahora se encuentra indignada y varios referentes locales no descartan realizar una denuncia penal por la situación.La obra se prometió como un complejo de piletas y toboganes único en la región, a pocos metros del lago Urugua-í, distante a cinco kilómetros del casco urbano de la ciudad.Según los anuncios de aquella jornada, sería un atractivo turístico de gran potencial, que generaría riquezas y empleo para la ciudad y los habitantes. Fue otra de las iniciativas de Closs para fomentar el turismo y los negocios de los amigos, pero con plata del pueblo.A los pocos días de aquella inauguración, sin siquiera generar unos pesos de ganancia para el municipio, el parque fue clausurado y el acceso fue cerrado con un cartel de “prohibida la entrada”.No se dieron explicaciones, pero con el tiempo trascendió que la obra estuvo mal realizada, aparentemente por debajo de la cota del lago, y por lo tanto se inundó varias veces durante el verano, a causa de las lluvias abundantes que cayeron en la región.Según la información que trascendió, ahora se requieren otros 20 millones de pesos, aproximadamente, para restaurar los errores y poder hacer funcionar el parque.El intendente Luis Ferreira admitió meses atrás que “se necesitaría un monto bastante importante” para corregir la obra: “La obra no está entregada y el municipio no va a recibir una obra inconclusa porque de lo contrario deberíamos hacernos responsables con los costos importantes que tiene”.Ante la consulta de por qué no se pudo habilitar en todo el verano, Ferreira explicó en marzo que: “A partir de su inauguración empezó la creciente del lago Urugua-í que no baja. Recién ahora podría empezar a continuarse los trabajos. A fin de año se pararon. De cualquier manera, las aguas del lago están muy altas y se dificultan los trabajos para seguir”.Lo que por el momento nadie indica es si hubo incumplimientos, negligencias, mal desempeño, y quienes fueron los responsables: el organismo público, los inspectores de obra o la empresa constructora.Por último se reconoció que: “Por ahí haya que levantar la cota para que no haya dificultades”.Una promesa pendienteEl director de Arquitectura, Ewaldo Rindfleisch, señaló que “vamos a revisar con técnicos, inspectores de obra para deslindar responsabilidades porque son recursos provinciales que con mucho esfuerzo se invirtieron y tenemos que definir dónde estuvo el error”. Sus declaraciones fueron en marzo, pero hasta el momento no se conoció ninguna responsabilidad.El funcionario dijo entonces que “las alternativas puedan ser construir un muro o construir taludes con vegetación, pero nos va a llevar unos días para definir”.Proyectos exitosos en lugares similaresEn Potrero de los Funes, provincia de San Luis, hay un lago similar, pero mucho más chico que el Urugua-í, que se formó por una pequeña represa para generar energía eléctrica.Con una visión claramente turística y seria, el gobierno local y un grupo privado promovieron la instalación del Hotel Internacional de Potrero de los Funes, con algunas habitaciones flotantes, asentado sobre uno de los bordes del lago.A las habitaciones flotantes, recientemente se le sumaron las piletas y jacuzzis flotantes y una confitería flotante. También, hay servicios como spa y gimnasio, y otras actividades para una grata estadía de los turistas. Está ubicado a 17 kilómetros de la capital provincial, a 1.000 metros sobre el nivel del mar.Otro ejemplo de lo que se puede hacer en el lago Urugua-í es el dique Cabra Corral, en la provincia de Salta, donde se llena de catamaranes en las temporadas turísticas. Miles de visitantes pasean, pescan y realizan actividades náuticas en una zona que tiene menores condiciones de accesibilidad que Puerto Libertad.El lago Urugua-í, de 8.000 hectáreas, situado a la vera de la ruta nacional 12, es una puerta de acceso a las Cataratas de Iguazú, y como tal posee todas las condiciones naturales para desarrollar con éxito un emprendimiento turístico. Sin embargo, por negligencia, desmanejos o irresponsabilidad, permanece abandonado y sin integrarse al desarrollo.Tibias gestionesDespués de numerosos reclamos, el Concejo Deliberante local aprobó una nota donde comunica “brindar nuestro apoyo” a las gestiones realizadas por un vecino, el ingeniero Enrique Jorge López para realizar “gestiones provinciales y los pasos pertinentes a la construcción de un nuevo cámping municipal”.López también fue recibido por el intendente Luis Ferreira quien se comprometió a colaborar con el impulso del emprendimiento, aunque reconoce que dependen en gran medida del apoyo económico del Gobierno provincial.





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