Es más que satisfactorio recibir la retroalimentación de los lectores porque significa que el artículo que se escribió resultó útil, y ese es uno de nuestros objetivos en Sexto Sentido. En este caso particular todo comenzó con una persona que me dijo: “El tema de la abuela esclava es el caso de mi señora y eso trajo mucha polvareda en casa”. Otras me contaron que en su barrio se reunieron para leer, reflexionar y discutir sobre una situación cultural que da por hecho que una abuela “abnegada” debe olvidarse de sí misma “por sus nietos”.Posiblemente al inicio de la tarea de abuela a cargo de la crianza y cuidado de los nietos, tuvo lugar cuando la mujer estaba aún en sus años dorados y era fuerte y sana, por lo tanto asumió esa responsabilidad con placer y cariño. Pero con el paso de los años su capacidad física y emocional va disminuyendo, agravándose más aún con la aparición de enfermedades. Ni la víctima ni sus hijos se dan cuenta de lo que pasa, y si la abuela ata cabos, por razones psicológicas o emocionales no se atreve a pedir auxilio en voz alta. En ciertos casos se suma a esto la costumbre de traer familiares y amigos a la casa de la abuela los fines de semana, para disfrutar de su hospitalidad.Lo que más se teme en estos casos es la incomprensión de los seres queridos, que ante el pedido de descanso de la abuela responden con recelo, o reproches del estilo: “debe estar chocheando”, etc. O que le apliquen la ley del desamor diciéndole: “está bien, si tanto te molestan tus nietos no les traemos más y ya está”. Una manera de pegar tan brutal que es como una condena de muerte. ¿Quién puede soportar semejante golpe?Estas abuelas son concurrentes habituales de los servicios médicos para contar sus achaques, pero no cuentan el tipo de estrés al que están sometidas. Sus enfermedades orgánicas: hipertensión, diabetes, taquicardia, mareos, etc., no responden a los tratamientos convencionales. Los ansiolíticos, vitaminas y psicoterapias no le mejoran ni la tristeza, ansiedad ni el desánimo.¿Cómo salir entonces de la situación? El Dr. Antonio Guijarro Morales, de la Facultad de Medicina de Granada-España, dice que la recuperación se logra liberando a la abuela de las cargas, con el cariño y la comprensión familiar, y ayudando a estas mujeres a reconocer sus límites físicos y emocionales.Colabora: Hilda GonzálezAbogada [email protected]




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