Busca un lugar tranquilo donde poder relajarte sin que te interrumpan. Cierra los ojos y visualiza una habitación decorada a tu gusto con asientos cómodos para conversar. Acomódate en uno de ellos (atiende las sensaciones que percibes en tu cuerpo) en ese lugar. Recibe a tu padre y a tu madre (estén vivos o no) e invítalos a tomar asiento. Si consideras que hay otros miembros del árbol familiar que deban acudir al encuentro, hazlos aparecer en la escena. Agradéceles haber acudido al encuentro y diles que les convocaste para devolverles lo que no es tuyo y les pertenece. Se puede visualizar a los padres y otros ancestros con una gran cesta en la que vas depositando cada devolución en forma de paquete de diferentes tamaños y colores. Esos paquetes los cargas en el regazo y se los vas entregando uno a uno. Utiliza el ejercicio como resuene en tu interior.Les devuelvo la responsabilidad de vuestra felicidad. De pequeño me creí poderoso, pensando que siendo de alguna forma o haciendo tal o cual cosa serían más felices. Ahora sé que no depende de mí. Que es responsabilidad de ustedes. Les devuelvo el poder de sanar sus heridas. Entendí que nadie se sana si no es por un trabajo personal profundo. Les devuelvo las creencias limitantes que pusieron freno a su evolución. Yo me quedo con el permiso a desarrollarme plenamente en mis relaciones, mi profesión, mi prosperidad económica y creativa. Les devuelvo sus miedos, sus fobias, , sus proyectos frustrados, sus monstruos y fantasmas. Carmen Guerrero en Facebook.





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