POSADAS. Un comisario general retirado habría intentado quitarse la vida efectuándose dos disparos con un revólver calibre 22, pero las balas parecieron no hacer mella en él: caminó durante unos veinte minutos y hasta viajó en un colectivo del transporte urbano de pasajeros hasta su domicilio, en la localidad de Garupá. Desde allí lo llevaron al Hospital Escuela Ramón Madariaga, donde anoche continuaba alojado, en un principio fuera de peligro.El insólito episodio trascendió alrededor de las 19.30 del martes, cuando el policía retirado ingresó al hospital central de Posadas con manchas de sangre en la cabeza.Fuentes consultadas por PRIMERA EDICIÓN indicaron que la historia tendría un trasfondo de problemas familiares. Esa circunstancia, justamente, habría llevado al hombre a salir de su domicilio, en el barrio Villalonga, de Garupá, para caminar. Nadie pareció sospechar nada, porque era habitual que él cumpliera con esa rutina de ejercicios físicos.Según pudo averiguar este diario, el comisario general habría llegado hasta un lugar casi inhóspito, que luego no supo precisar, decidido aparentemente a terminar con su vida.No se sabe, a ciencia cierta, el lugar preciso donde este hombre habría intentado matarse.Tomó el arma, calibre 22, y abrió fuego en dos oportunidades. Uno de los proyectiles, de hecho, quedó alojado entre el cráneo y la piel.Especialistas en materia balística indicaron a este diario que esa situación es muy factible de suceder cuando el proyectil no efectúa recorrido suficiente y, dada su poca distancia con el blanco, no adquiere la potencia de destrucción necesaria para ingresar al cuerpo.Según esa misma línea hipotética, el comisario perdió el conocimiento con el segundo disparo. Cuando recobró el sentido, se levantó y caminó varias cuadras hasta la primera parada de colectivos.Subió a un micro, incluso con el rostro ensangrentado, por lo que el colectivero le habría preguntado qué sucedió.Así, con al menos un proyectil en la cabeza, llegó hasta su domicilio en el barrio Villalonga, a unas cuatro cuadras de la comisaría seccional Quinta.No está clara esta parte de la historia y, en definitiva, es objeto de investigación interna y también judicial.Al parecer, el hombre llegó a su vivienda, ingresó a ella sin que nadie lo viera y se acostó en la cama, dispuesto a morir.La mujer se habría percatado de esta situación y pidió ayuda. En este punto, Asuntos Internos intenta determinar si los hijos -un hombre y una mujer-, también policías, se encontraban en la casa.El dato no es menor, porque la mujer debió recurrir a su hermano para que lo trasladara al hospital Ramón Madariaga. De comprobarse que ambos hijos se encontraban en el domicilio, podrían enfrentar cargos, en el plano administrativo y en el judicial, por omisión de auxilio y abandono de persona, más teniendo en consideración que son integrantes de la fuerza de seguridad provincial. El comisario general retirado permanecía anoche internado en el Madariaga, en un principio fuera de peligro.En el sumario policial interviene la comisaría seccional Quinta y Asuntos Internos, con conocimiento del Juzgado de Instrucción 6 de Posadas, a cargo del magistrado Ricardo Walter Balor. Dudas e interrogantes del hecho¿Puede una persona descerrajarse dos disparos, caminar y hasta viajar en colectivo hasta su casa con al menos un proyectil en la cabeza?Queda demostrado que sí, al menos si la versión que dio el comisario retirado a sus allegados se corresponde con la realidad. Sin embargo, hay determinados puntos de la historia que despiertan dudas y otros interrogantes en los investigadores.¿Por qué nadie habría querido auxiliar al herido cuando llegó a su casa?¿Por qué el herido se habría negado a efectuarse la pericia del guantelete de parafina?Todas preguntas que deberá investigar la Policía y la Justicia para determinar, en forma indubitable, cómo se desencadenaron los acontecimientos.Más allá de los vínculos filiales que unen a los protagonistas de esta historia, es necesario el completo esclarecimiento del hecho para que nadie quede salpicado por las sospechas.Se labran actuaciones con intervención del Juzgado de Instrucción 6 de Posadas, a cargo del magistrado Ricardo Walter Balor, y la secretaría de Agustín Bianchi. La causa, por el momento, está calificada como “tentativa de homicidio”, aunque recién empieza.Las derivaciones son desconocidas e ilimitadas.La instrucción judicial aguardará, seguramente, la completa recuperación del paciente para que pueda prestar declaración testimonial, consignó un portavoz ligado al avance de las actuaciones.





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