PARÍS, Francia (AFP-NA). El Gobierno anunció ayer un plan para luchar contra el yihadismo que incluye la vigilancia de 3.000 personas, la contratación de clérigos musulmanes en las prisiones y un registro específico de personas condenadas por “terrorismo”.El primer ministro Manuel Valls reiteró que las nuevas medidas son “excepcionales pero no de excepción” e incluyen la contratación de más de 2.600 personas así como el refuerzo de la lucha contra el “ciberyihadismo”.El plan costará un total de 700 millones de euros en un período de tres años. Para “prevenir la radicalización”, el Gobierno contratará a sesenta clérigos musulmanes para las prisiones para evitar que durante su encarcelamiento se adhieran a las doctrinas yihadistas y creará zonas especiales en las cárceles para este tipo de presos.También se pondrá en marcha un fichero especial de personas “condenadas por terrorismo” que tendrán que informar regularmente sobre su domicilio y sus viajes.Además Valls pidió una reflexión a los partidos políticos sobre la posibilidad de retirar la nacionalidad a las personas condenadas por terrorismo y anunció un proyecto de ley sobre los servicios de inteligencia que será presentado en el Parlamento. Todas las medidas se tomarán “respetando el Estado de derecho”, dijo la ministra de Justicia Christiane Taubira, respondiendo a las críticas de un sindicato de magistrados que pidió “serenidad” al Gobierno para evitar “la represión inmediata”.En paralelo, el Gobierno presentó medidas educativas para reforzar la laicidad y el respeto de los jóvenes por la diversidad y el civismo.La investigación sobre los atentados de París sigue centrada en los posibles cómplices de Chérif y Said Kouachi, los dos hermanos que perpetraron el ataque a Charlie Hebdo en el que murieron doce personas, y de Amedy Coulibaly, que mató a una agente de policía municipal y luego a cuatro personas durante una toma de rehenes en un supermercado judío.Ayer el fiscal de París anunció la inculpación y el encarcelamiento de cuatro hombres sospechosos de haber dado apoyo material a Coulibaly, comprando chalecos para transportar municiones y gases lacrimógenos en varias armerías de los alrededores de la capital francesa.





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