POSADAS. A través de una videoconferencia declaró ayer Verónica Carazzo (36), una de las deportistas que sobrevivió a la Tragedia del Paraná. Con pasajes muy duros y tristes en su relato, la mujer, quien actualmente es entrenadora nacional de natación, reconstruyó aquella jornada con mucha precisión. Incluso y en base a su vasta experiencia en competencias en la región afirmó que “si se hubiera respetado más el río, si se hubiera respetado más la seguridad, hoy estaban los ocho acá”, en referencia a los nadadores y piragüeros que fallecieron al ser succionados por una barcaza, aquel 16 de enero de 2010. Desde el Juzgado Federal de Reconquista y utilizando Internet (con una excelente calidad técnica), la testigo contestó a todas las preguntas que le efectuó el Tribunal Federal de Posadas, encabezado por Norma Lampugnani, y de las partes -querella y defensa-. “La charla técnica fue muy breve y la prueba se demoró unos minutos. Alrededor de las 10.15 comenzó la competencia. Yo acompañaba como piragüera a la nadadora Nahir Saidel, y junto a mí remaba Nicolás Lebecki (quien fue una de las víctimas fatales). Yo representaba a una delegación de Reconquista, Santa Fe, de donde soy oriunda. “El clima en el río cambió con respecto al que había. Yo en todo momento siguiendo a mi nadadora. De repente, a los doce minutos de iniciada la prueba, escuché que Luis ‘Lobo’ Saidel me grita que me aleje, pero no logramos desviarnos de la corriente, que era muy fuerte. Entonces advertí que muy cercano a nosotros había lo que luego me enteré que era una barcaza, porque en el momento pensé que era un barco que estaba en el transcurso de la competencia. Encendí la sirena del megáfono que llevaba en la piragua e hice señas agitando mis brazos durante unos tres minutos en pedido de auxilio. Porque se escuchaban gritos, era desesperante, en trece años que tenía de experiencia nunca me ocurrió algo así en el agua. Mi nadadora se prendió de la piragua y Nicolás (Lebecki) siguió remando. Otra vez agité los brazos… tenía la firme convicción de que nos iban a ayudar. Luis Saidel trataba de calmar a todos. De repente fuimos succionados y se quebró mi piragua, yo tenía puesto el chaleco y pese a lo que advertía a los gritos Saidel a los chicos… que se saquen los chalecos porque si los succionaba la barcaza se iban a golpear… que no se desesperen y tomen aire… y naden lo máximo posible… fueron sus últimas palabras. No pude sacarme mi chaleco, y no encuentro explicación a lo que pasó. Una vez que fui succionada me golpeé varias veces la cabeza y cuando logré salir, luego de atravesar la barcaza lo primero que hice fue buscar a mi nadadora. Cuando la encontré me abrazó y no se quería zafar de esa seguridad que le daba mi chaleco, traté calmarla para que pudiera respirar y con un movimiento que aprendí en los cursos de salvavidas le desprendí las manitos de mi cuello y la lancé con fuerza, arrojándole el chaleco y diciéndole que patalee hacia las lanchas que visualicé. Luego me rescataron a mí en la misma embarcación y junto a otras competidoras rezamos un Padre Nuestro, era una bendición estar viva junto a las dos menores a mi cargo. Más tarde, tuvimos la penosa tarea de avisar a la esposa de Luis Saidel que él había fallecido y que tenía que viajar urgente desde Reconquista (Santa Fe), a Misiones”. Durante esta primera parte del relato de la testigo en la sala de audiencias hubo un silencio sepulcral. Muchos presentes, incluidos la presidenta del Tribunal, no pudieron disimular la tristeza que quedó evidenciada en lágrimas. “No nos advirtieron”Carazzo recordó además que “no nos advirtieron de las barcazas, ni de la organización, ni por parte de Prefectura”. Agregó que “no había boyado o banderillas” que avisaran a los nadadores o piragüeros de esas tremendas embarcaciones. Contó que en otras pruebas internacionales de cruce a nado de un río, como ser Santa Fe-Coronda o Corrientes-Barranquera, se utilizan boyados o señalizaciones para advertir la presencia de obstáculos en el cauce o cancha de nado. En la competencia donde se produjo la tragedia dijo que vio “dos embarcaciones de apoyo, cuando se necesitan como mínimo cinco lanchas, ya que se necesita la presencia de un médico, un mecánico y otros asistentes a los deportistas. Eso sin mencionar la logística, donde entran en juego los boyados o señalizaciones o los croquis que se les entregan a los nadadores con respecto a la ruta a seguir hasta la llegada”. En ese sentido, también refirió que una persona no puede organizar una competencia de esas características. “Se necesitan unas doce o quince personas que conformen una comisión directiva, que en definitiva es la que lleva adelante todos los trámites para que salga la competencia”. Acerca de las barcazas dijo que “no estaban en el campo visual de la largada en Pacú Cuá (Encarnación)” aquel 16 de enero de 2010. “La fuerza del canal nos sacó de la ruta y de repente nos encontramos con esas embarcaciones. Realmente pensamos que si nos dan para firmar el documento de aceptación de condiciones, se daba la seguridad, alguien daba el okey para que salga la prueba, y si nos controlan y piden requisitos de seguridad, está autorizado por Prefectura”. Prefecturiano imputado pidió declarar el próximo jueves Jorge Lezcano (44), a cargo del operativo de seguridad de Prefectura Naval Posadas al momento de realizarse la competencia donde fallecieron ocho deportistas, pidió declarar ayer, sin embargo el Tribunal Federal resolvió que deberá hacerlo el próximo jueves 4 de diciembre, antes de los alegatos de las partes, como indica el procedimiento de juicio oral.Durante la jornada de ayer, en la cual se dio por clausurada la etapa de testimoniales, también declararon cuatro prefecturianos, quienes entre otras cuestiones coincidieron en saber de la presencia de las barcazas en el río Paraná. En ese sentido, el timonel del guardacostas Pacú, Juan Carlos Garat (quien ya declaró en el juicio y fue citado ayer para aclarar la posición de su embarcación el día del hecho), dijo con respecto a las previsiones de seguridad que se deberían haber tomado con las barcazas “deberían haberse preocupado ellos”, en referencia a las autoridades paraguayas. Cabe recordar que el otro acusado en la causa es Hugo “Tyson” Alfonso (36), organizador de la prueba.





Discussion about this post