SLAVIANSK, Ucrania (AFP-NA). Las fuerzas ucranianas y los militantes pro-rusos seguían alimentando la tensión anoche en el este del país, donde se vieron vehículos blindados de ambos bandos, 24 horas antes de una reunión en Ginebra para intentar encontrar una solución diplomática al conflicto.Un periodista de la AFP vio al menos seis vehículos blindados y tres tanques ligeros, algunos con banderas rusas, llenos con hombres armados y con trajes de camuflaje que aparcaron en el centro de Slaviansk, una de las ciudades de la región donde la situación es más tensa.El Gobierno de Ucrania confirmó que seis blindados ucranianos habían sido “capturados por extremistas”.Según la prensa rusa se trata de soldados ucranianos que habrían decidido unirse a los insurgentes, aunque las autoridades de Kiev aseguraron a la AFP que no faltaba ningún vehículo militar.En la cercana ciudad de Kramatorsk otro reportero de la AFP vio una columna de 14 vehículos blindados de las fuerzas ucranianas, aunque los manifestantes pro-rusos impedían su avance. En el cielo de ambas ciudades también se vieron pasar aviones militares.En Donetsk, una veintena de hombres armados y encapuchados entró en el ayuntamiento. Desde el 6 de abril los separatistas ocupan la sede de la administración regional en esta ciudad.En total los separatistas ocupan edificios públicos en al menos diez ciudades de la región.La exhibición de fuerza de ambos bandos llega 24 horas antes de la reunión prevista el jueves en Ginebra, donde representantes de Rusia, Ucrania, la Unión Europea y Estados Unidos intentarán buscar una salida a este conflicto que se ha convertido en el más grave entre Moscú y Occidente desde la Guerra Fría.Rusia tiene cerca de 40.000 hombres movilizados en la frontera con Ucrania, según la OTAN, que advirtió que reforzaría su presencia en el país en caso de escalada.Desde que en febrero fue destituido el presidente pro-ruso de Ucrania, Víktor Yanukóvich, y fue sustituido por un Gobierno prooccidental, la tensión ha ido creciendo en el este del país, donde Rusia prometió hacer “todo lo posible” para proteger a la población rusohablante, mayoritaria en la zona.El primer ministro de Ucrania, un país que formó parte de la Unión Soviética hasta su independencia en 1991, acusó ayer a Rusia de estar construyendo un nuevo “muro de Berlín” y dijo que pedirá a Moscú que deje de apoyar a los separatistas.“El ministro ucraniano de Relaciones Exteriores sólo tiene una directiva, retirar de inmediato sus comandos, condenar a los terroristas y pedirles que abandonen las instalaciones” que ocupan, afirmó Arseniy Yatsenyuk.Los servicios de seguridad (SBU) de Kiev afirmaron además que los comandantes separatistas que actúan en el este tienen órdenes del Kremlin de “disparar a matar” y aseguraron que los agentes son los mismos que actuaron en Crimea.Por su parte el ministro de Defensa, Mijailo Koval, viajó ayer al este para hacer un “informe” sobre lo que ocurre.Rusia pide una “federalización” del país, que daría una gran autonomía a las regiones del este, pero Kiev rechaza esta solución por miedo a que sea el primer paso hacia una disolución del país.El martes las autoridades de Kiev lanzaron una “operación antiterrorista” y enviaron veinte tanques a Slaviansk, bajo control de comandos armados pro-rusos, una operación condenada por Moscú pero que tiene el apoyo de Estados Unidos.Se trata de la respuesta más firme hasta ahora del Gobierno de Kiev, al que el presidente ruso Vladimir Putin acusó el martes de instigar una “guerra civil” durante una conversación con la jefa del gobierno alemán Angela Merkel.Rusia también pidió “una clara condena por parte de Naciones Unidas y de la comunidad internacional” de lo que considera acciones “anticonstitucionales”.El Gobierno interino ucraniano, que tras la destitución de Yanukóvich tiene la misión de organizar unas elecciones el próximo 25 de mayo, no ha logrado hasta ahora controlar la situación en el este de este país de 46 millones de habitantes donde conviven ucranianos y rusos.Las autoridades temen que se repita lo que pasó en Crimea, un península de mayoría rusa que fue tomada primero por comandos prorusos y luego anexada a Rusia tras un referéndum considerado ilegal por los occidentales.





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