Puerto Iguazú. La aldea Yasy Porá sigue luchando por conseguir los servicios básicos de subsistencia para su comunidad, los cuales avanzan a paso muy lento, a pesar de las necesidades, el calor extremo y el tiempo que reclaman y realizan gestiones. La comunidad está compuesta por 35 familias, de los cuales 62 son niños. Aunque tienen agua, necesitan energía para que el líquido llegue al tanque y distribuir así a las familias.Hace dos días que la empresa Electricidad Misiones SA llevó los postes a la aldea para levantar los cables, pero hasta el momento sólo uno ha sido instalado y la conexión no se realiza a pesar de que hace más de un año la comunidad pagó por las tareas. Mediante una donación, el cacique Roberto Pereyra consiguió un grupo electrógeno que necesita 20 litros de combustible diarios para funcionar. Por tal motivo, solamente lo utilizan seis horas al día para bombear el agua.Tres horas a la mañana y luego tres horas a la tarde el grupo electrógeno bombea el agua para que llegue al único tanque que tienen en el poblado. Las mujeres se encargan de juntar el vital líquido para llevar al hogar en baldes y recipientes que tienen a mano.“No es suficiente pero juntamos en baldes y algo alcanza”, comentó el cacique Pereyra, aunque es positivo y señaló que “cada vez tenemos más esperanza porque ayer (jueves) llegaron los postes y levantaron uno pero no me dijeron cuándo van a terminar”.A todas las complicaciones mencionadas, ahora se suma el problema de que la vertiente a la cual recurrían por algo de agua está seca por las altas temperaturas y las pocas precipitaciones.Desde el Instituto Misionero de Agua y Saneamiento (Imas) se comprometieron a conseguir algunos tanques para que puedan mantener más agua a disposición, aunque sea para el consumo.Para abastecerse durante al menos seis horas al día, se les dificulta conseguir combustible para hacer funcionar el grupo electrógeno. “En este momento nos manejamos con generador para el agua, llenamos el tanque y ahí se reparte a las familias”, indicó.Sobre este sistema detalló que “funciona pero el combustible es cada vez más caro, la gente algunas veces colabora otra veces no y tengo que conseguir de otra manera, pidiendo donaciones aunque sea para 20 o 30 litros”.Esta comunidad de 36 familias está instalada a unos kilómetros de la aldea Yriapú, también ubicada en la zona de grandes cadenas hoteleras en las 600 hectáreas.Con Yriapú comparten algunos servicios pero ellos quieren independizarse. La sala de primeros auxilios debe ser compartida al igual que la escuela y por ello solicitaron al Ministerio de Educación la creación de un aula satélite. “Es importante que haya para este año, ya hicimos gestiones”, señaló Pereyra.En agosto del año pasado, se había realizado un censo en la aldea, con la ayuda de los auxiliares docentes, Lidio Omar Martínez y Carlos Benítez se obtuvo el dato de que en la comunidad hay un total de 62 niñas y niños en edad escolar.Por otra parte, la poblado cuenta con la colaboración de gente que se junta a hacer pollos asados para la venta y así recaudar dinero para la construcción del templo religioso de la comunidad, llamado Opy.





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