OBERÁ. Anoche esta ciudad se encontraba conmocionada por un trágico caso de violencia de género. Un gendarme retirado mató a su mujer de un disparo en la cara y luego se quitó la vida.El hombre utilizó una escopeta, arma con la que se disparó en la cabeza una vez que cometió el asesinato, según informaron anoche fuentes policiales.La mujer era una empleada del hospital Samic. Falleció en el acto. Los informantes indicaron que el homicidio seguido de suicidio fue el final de una relación acabada que en los últimos tiempos se había vuelto tortuosa.Peritos de la Unidad Regional Dos seguían trabajando al cierre de esta edición en el escenario del hecho.El gendarme retirado se llamaba Néstor Oscar Rodríguez y su esposa Nélida Beatriz Kuz.Una vecina escuchó los disparos y alertó a la Policía. Habían pasado pocos minutos de las 19. Cuando los uniformados llegaron a la casa de la calle Rauch (y Ghunter), en plena zona céntrica de esta ciudad, se encontraron con un cuadro dantesco: los cuerpos, con heridas letales en sus rostros, se encontraban separados por dos metros de distancia, en el living.La principal hipótesis apunta a una discusión más entre marido y mujer, que, a estar de sus allegados, ya estaban separados de hecho pero todavía habitaban bajo el mismo techo.Kuz tenía 54 años y Rodríguez, 63. El arma que utilizó el hombre es una escopeta de fabricación casera calibre 16.La jueza de Instrucción Uno, Alba Kunzmann de Gauchat, ordenó que ambos cuerpos vayan a autopsia. La pareja tenía cuatro hijos. Hace poco, un cáncer había terminado con la vida de uno de ellos, añadieron las fuentes.Kuz trabajaba en la cocina del Samic, pero como ese servicio se tercerizó, pasó a prestar servicios, de lunes a viernes, en el sector de Estadísticas del centro de salud.Roces constantesNo era la primera vez que ella tenía cruces con el padre de sus hijos. Anoche, distintos testigos indicaron que el hombre solía embriagarse y cuando regresaba a su domicilio se ponía violento. En esas circunstancias, habrían sido habituales las discusiones con su esposa.Todos estos testimonios serán recabados por la Justicia para que se determine de manera fehaciente cómo se desencadenaron los hechos. Pero al cierre de esta edición, todo apuntaba a un nuevo episodio letal de violencia doméstica. Lamentablemente, en la provincia, pese al esfuerzo que se ha puesto para combatir el flagelo, los casos se siguen registrando. Es de esperar que la muerte de Nélida no haya sido en vano.





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