POSADAS. La Policía cree que es el mismo asaltante. Vigila y acecha en la oscuridad a mujeres que viven solas con hijos. En los últimos días, más precisamente entre el sábado a la noche y en los primeros minutos de ayer perpetró sus últimos dos golpes. Fueron en zonas cercanas al centro posadeño y el delincuente fue fiel a su modus operandi: las víctimas eran amas de casa y al momento del robo estaban junto a sus hijos, en uno de los casos un bebé de apenas dos años. Los investigadores saben que es un individuo delgado, morocho y que aparentemente sería adicto a las drogas, teniendo en cuenta algunas descripciones e indicios que aportaron los damnificados. “Por eso suponemos que se conforma con magros botines, se apodera de cualquier elemento que pueda tener algún valor. Lo que encuentra le sirve seguramente para comprar o canjear por drogas”, reveló una fuente. “No obstante, se sabe que al ser un sujeto que padece problemas de adicción puede ser inestable y muy agresivo, y causar lesiones a las víctimas, porque siempre lleva un cuchillo para amenazarlas. Es un peligro latente, en cualquier momento podría ocurrir alguna tragedia”, agregó un informante. Modalidad escalamientoEl último robo del solitario y siniestro asaltante al que la Policía bautizó como el “visitante nocturno”, fue perpetrado ayer a la 1, en uno de los pisos de un edificio situado en inmediaciones de la avenida Roque Pérez y la calle Salta de la capital provincial. A esa hora una mujer de cincuenta años y su hija de veinte descansaban, cuando fueron sorprendidas en el interior de su departamento por un sujeto encapuchado, que momentos antes ingresó por el balcón. Luego de amenazar a las víctimas con un cuchillo las encerró en el baño y se tomó su tiempo para revisar el lugar y apoderarse de dinero, joyas y elementos informáticos. De acuerdo a la denuncia el ladrón se alzó con 3.500 pesos en efectivo, una notebook, dos teléfonos celulares, además de joyas varias y cuyo valor no fue precisado. El malviviente se dio a la fuga dejando a las atemorizadas mujeres encerradas y llevándose las llaves de las puertas. Los pesquisas creen que se trata del mismo malandra que el pasado sábado a la noche ingresó armado con un cuchillo a una vivienda y tras reducir a una mujer con un bebé en brazos la encerró junto a la criatura en el baño. Lo insólito de ese caso, tal como publicó ayer este Diario, es que poco después el ladrón tuvo que pedirle ayuda a la víctima para poder salir de la casa, porque no encontraba las llaves. Fue a las 22.40 de ese día en un inmueble situado por la calle Mitre de Posadas. Por fortuna tanto la dueña de casa como su hijo no resultaron lesionados a manos del “visitante nocturno”.No es un detalle menor la descripción que aportó la mujer: se trataba de un sujeto de 1,70 metro de estatura, de cabellos oscuros, delgado y morocho, quien empuñaba un cuchillo tipo carnicero. En esa ocasión se presentó a cara descubierta y robó un teléfono celular Nokia X2-01, formato de color blanco, y 100 pesos en efectivo.




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