BUENOS AIRES. Con la llegada del invierno, los adultos sanos deben enfrentarse al gran desafío estacional: pasar la temporada sin ser afectados por la gripe. Se estima que la incidencia de la gripe en adultos oscila entre un 10 a 20%, siendo mayor en adultos jóvenes para luego declinar con el aumento de edad. Es por ello que no resulta curioso que esta enfermedad también se padezca en el ámbito laboral: el mayor impacto de la gripe en la comunidad es debido a la pérdida de fuerza laboral y los costos que esto conlleva ya que afecta a una parte importante de la sociedad en etapa laboralmente activa. En general la gripe provoca un promedio de ausentismo de cinco días por cada episodio. También se ha descripto que, en aquellos trabajadores que se reintegran a la actividad luego de un cuadro gripal pueden presentar trastornos en el tiempo de reacción a los estímulos, hecho que es de particular importancia en personal que debe operar máquinas, conducir o manejar instrumentos de precisión.Altos costos A esto habría que agregar los costos que esto implica: en los Estados Unidos por ejemplo se traduce en una pérdida anual de 74.000.000 de días de trabajo y pérdidas económicas de 12.000.000.000 de dólares, por lo que la prevención de la gripe en los trabajadores no debería ser un tema menor para el empleador.La mejor medida para prevenir la gripe es la vacunación anual: a través de diferentes estudios se comprobó que la eficacia de la vacuna antigripal como método de prevención en adultos sanos es del 70% a 90% cuando hay una buena correlación entre el virus vacacinal y el que circula en la comunidad, y cuando esta correlación es pobre la eficacia de la misma es del 40% a 60%. De acuerdo a diversos estudios de costo-efectividad de la vacuna antigripal en éste grupo, se estima que por cada trabajador vacunado se ahorran aproximadamente de 15 a 50 dólares.Cómo reconocerlaLa gripe en los menores de 64 años tiene las mismas características que en otros grupos. La forma de presentación es variada ya que va desde la infección asintomática hasta el típico cuadro caracterizado por fiebre de aparición súbita, tos, cefaleas, mialgias y astenia. En los adultos sanos la enfermedad puede manifestarse con escalofríos, mareos, mialgias intensas en la región dorsal y los miembros.





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