Una investigación reciente del sitio Argendata, desarrollado por la Fundación Fundar, posiciona a Misiones como una de las provincias con mayor densidad industrial relativa del país. En un mapa argentino donde la manufactura continúa fuertemente concentrada en Buenos Aires, Santa Fe, Córdoba y CABA, la tierra colorada destaca por el peso que tiene la actividad fabril dentro de su propia economía.
Mientras que la industria representa en promedio el 18% del PBI nacional, en Misiones alcanza el 18,6% del producto provincial, lo que la ubica octava entre las 24 jurisdicciones.
El indicador es clave porque refleja cuán relevante es el sector en la estructura económica local, más allá del tamaño absoluto de la provincia.
En términos de aporte directo al PBI industrial nacional, Misiones explica el 1,2% del total, una participación modesta frente al 49% bonaerense o el 10% santafesino. Sin embargo, la investigación de Fundar subraya que la comparación adecuada no es solo por volumen, sino por composición económica interna: qué lugar ocupa la industria dentro de cada provincia. Y allí Misiones sobresale.
Duplica al NEA
El contraste regional es contundente. Dentro del Nordeste Argentino, el aporte de la industria al PBI es el siguiente: Misiones: 18,6%, Corrientes: 8,4%, Chaco: 8,4%, Formosa: 5,9%.
En otras palabras, Misiones duplica la participación industrial de Corrientes y Chaco, y triplica la de Formosa. También supera ampliamente el promedio del Norte Grande, donde las limitaciones históricas en infraestructura y la distancia a los grandes centros consumidores han dificultado la radicación manufacturera.
La fortaleza industrial misionera se apoya en sectores como la forestoindustria, la yerba mate, el té, la celulosa y el papel, además de un entramado de PyMEs alimenticias, plásticas, metálicas y tecnológicas, que han logrado sostenerse aun en contextos adversos.
A nivel país, la industria tiene una dinámica particular: aporta el 18,1% del valor agregado, pero genera solo el 10,9% del empleo, lo que evidencia su alta productividad y fuerte intensidad de capital. Según Argendata, es el cuarto sector de mayor productividad por persona ocupada, detrás de minería, hidrocarburos y servicios financieros.
Esa capacidad de generar mucho valor con relativamente pocos trabajadores explica por qué las grandes áreas industriales argentinas, principalmente Buenos Aires, concentran casi toda la manufactura nacional. La provincia de Buenos Aires produce el 49% del PBI industrial, seguida por CABA (12%), Santa Fe (10%) y Córdoba (8%). Entre las cuatro suman el 80% de la producción fabril del país.
Sin embargo, esa realidad no impide lecturas relevantes hacia el interior del territorio: provincias con políticas activas de promoción, como San Luis (37% de su PBI industrial) o Tierra del Fuego (27,7%), muestran que el desarrollo manufacturero puede alterarse con estrategias sostenidas.
En esa línea, el desempeño de Misiones, sin regímenes excepcionales, adquiere especial relevancia.
Desventajas estructurales
La investigación de Fundar remarca que muchas provincias enfrentan grandes dificultades para transformar sus recursos naturales en productos de mayor valor agregado, en parte por los costos logísticos derivados de la extensa geografía argentina. Esto afecta particularmente a regiones alejadas de los grandes puertos o corredores industriales.
Aun así, Misiones logró construir un perfil productivo más complejo y estable que sus vecinas del NEA, apoyándose en un ecosistema forestoindustrial integrado; agroindustrias líderes a nivel nacional (yerba mate y té); inversiones sostenidas en parques industriales y energía; y un entramado de PyMEs diversificadas que abastecen al mercado interno.
En un país con marcada concentración industrial, Misiones aparece como una excepción virtuosa dentro del Norte Grande: no por volumen absoluto, sino por el peso decisivo que la manufactura tiene en su propia economía.





