A dos años del inicio de la gestión de Javier Milei, el licenciado Martín Bazán, subdirector de CB Consultora de Opinión Pública, trazó un balance basado en datos de opinión que muestran un desgaste sostenido pero todavía contenido del Presidente. Desde el análisis estadístico, sostuvo que “se puede analizar una caída de casi diez puntos en estos dos años”, al recordar que “arrancó con una imagen positiva de cincuenta y seis” y hoy “se encuentra en un cuarenta y seis por ciento de margen positiva”.
Bazán explicó que esa baja admite dos lecturas. Por un lado, afirmó que “haber perdido diez puntos en dos años es mucho”, aunque aclaró que “teniendo en cuenta las medidas políticas y sociales que se fueron tomando, es un costo político que al gobierno quizá le termina saliendo no tan caro”. En ese marco, consideró que podría haber estado dentro de los escenarios previstos cuando se avanzó con decisiones que “han impactado fuertemente en el bolsillo de muchos trabajadores”. Allí ubicó lo que definió como “el punto más débil que ha tenido la gestión de Javier Milei”.
Otro aspecto que advirtió como falencia fue el vínculo con otros espacios políticos. Señaló que “el diálogo político, sobre todo con los sectores opositores”, se fue deteriorando y recordó que al principio “se logró y destacó leyes importantes del Congreso, como la ley ómnibus”. Más tarde, indicó que “ese diálogo se empezó a perder” tras una decisión política de “dejar de entablar ciertas negociaciones con gobernadores y con otros espacios que le daban la mayoría”. Ese cambio de estrategia, dijo, derivó en derrotas parlamentarias que “le terminaron costando caro en algunos casos”.
Sobre el clima social, Bazán aseguró que la paciencia ciudadana todavía se mantiene. “Esa paciencia todavía permanece porque el recuerdo fresco del último gobierno tan malo de Alberto Fernández está muy fresco”, señaló, y remarcó que el respaldo no proviene sólo del núcleo duro. “No hablo del treinta por ciento que lo votó en las PASO, en las Generales y en el Balotage, hablo del otro veintisiete o veintiséis por ciento que llegó de otras fuerzas, sobre todo de Juntos por el Cambio”, afirmó.
También describió un cambio en las demandas sociales. En ese sentido, sostuvo que “la baja de la inflación fue la principal bandera” de esta etapa, pero advirtió que “esa bandera, a medida que pasa el tiempo, empieza a perder el color, empieza a deshilachar”. Según los estudios de la consultora, “la principal preocupación dejó de ser la inflación y pasó a ser el empleo”, tanto para quienes buscan conservar su trabajo como para quienes perdieron su puesto y necesitan “reinsertarse en el mundo laboral en las mismas condiciones que estaban antes”.
El analista alertó que ese contexto abre una cuenta regresiva. “Esa imagen fresca del último gobierno tan malo empieza a desaparecer y la paciencia también”, sostuvo, al tiempo que remarcó que “es un reloj marcha atrás que Javier Milei sabe que lo tiene” y que “necesita empezar a dar nuevas, buenas noticias pronto”.

Bazán afirmó que el escenario político también cambió de raíz. “Hay una Argentina diferente desde la elección de Javier Milei como candidato a presidente”, expresó, al hablar de una ruptura con la política tradicional.
“La gente optó por otra cosa, por una tercera posición”, explicó. Atribuyó ese giro al impacto de las redes sociales y la información inmediata, al señalar que “la política ha cambiado, la opinión pública ha cambiado”. Incluso dentro del peronismo, observó que aparecen figuras que antes no hubieran estado en el radar, y afirmó que eso es “producto del cambio social y del cambio de paradigma”.
En cuanto a la oposición, fue contundente. “No existe hoy una oposición fuerte”, definió. Consideró que una de las razones de la limitada caída de imagen presidencial radica en “la falencia de una oposición digna”. Según su mirada, el principal objetivo opositor fue “hacer lo posible para que sea lo más difícil gobernar”, sin construir “un proyecto político serio”. Mencionó el rol de Axel Kicillof desde la Provincia de Buenos Aires, aunque advirtió que “no ha logrado consolidarse como una figura opositora”, en parte porque “el nombre de Cristina Fernández termina siempre estando muy cerca”, lo que le da base electoral pero “un techo electoral muy bajo”.
Al analizar el escenario federal, remarcó que Argentina “es un país muy federal” y que cada provincia tiene “un peso específico importante”. En ese marco, señaló que La Libertad Avanza empezó a comprender mejor esa lógica y recordó que en elecciones anteriores sus candidatos “llegaban al cinco o seis por ciento”. En contraste, afirmó que hoy el sello del espacio “empieza a pesar” y puso como ejemplo lo ocurrido en Córdoba, donde “un desconocido(el abogado Gonzalo Roca) le termina ganando a Juan Schiaretti”. Según Bazán, si se mantiene el nivel de apoyo actual, La Libertad Avanza “puede llegar a pelearle mano a mano a la fuerza de los gobernadores”, con desempeños más altos que en etapas anteriores.






