Durante años, litigar en Argentina fue entrar a un casino: dependiendo de qué tasa de interés eligiera el juez para actualizar la deuda, el monto final podía ser una miseria devorada por la inflación o una suma astronómica imposible de pagar. Tras una serie de fallos recientes de la Corte Suprema que exigían orden, el Banco Central (BCRA) presentó un proyecto de resolución para estandarizar este cálculo a través de una nueva herramienta: la Tasa de Intereses Moratorios (TIM).
Esta nueva tasa, que actualmente está sujeta a consulta pública, promete cambiar las reglas del juego en los tribunales laborales y civiles de todo el país.
El problema de fondo es la volatilidad económica. Cuando un juicio laboral o un reclamo por alimentos tarda años en resolverse, el valor del dinero se destroza. Hasta ahora, la falta de un criterio unificado generaba distorsiones graves.
La propuesta del BCRA es técnica, pero su impacto es social. La TIM se calculará promediando dos variables del mercado: lo que los bancos pagan por los plazos fijos (tasa pasiva) y lo que cobran por los préstamos (tasa activa). Sin embargo, la verdadera novedad es que tendrá “bandas de protección” atadas a la inflación (CER).
¿Cómo impactaría en el bolsillo?
1.En los juicios laborales (despidos y accidentes):
- Para el trabajador (acreedor): La gran pesadilla de los juicios largos es que la inflación gane la carrera. El proyecto establece un “piso”: la tasa de interés nunca podrá ser menor a la inflación menos un 3% anual. Esto garantiza que, incluso si las tasas bancarias son negativas en términos reales (como pasó en la última década), la indemnización mantenga su poder adquisitivo.
- Para la empresa (deudor): Se pone fin a la capitalización de intereses sin límite que quebraba PyMES. La TIM tiene un “techo”: no podrá superar a la inflación más un 3% anual. Esto evita resultados usurarios o desproporcionados que la Corte Suprema ya había tachado de arbitrarios.
2. En deudas civiles y de familia (alimentos):
Aunque el texto técnico habla de deudores y acreedores en general, el principio se aplica a deudas alimentarias atrasadas. La actualización mediante la TIM asegura que el dinero destinado a la manutención de los hijos no pierda valor real frente al aumento del costo de vida, ya que la fórmula sigue de cerca al Índice de Precios al Consumidor (IPC) a través del CER.
El objetivo declarado del BCRA es otorgar previsibilidad y evitar “consecuencias disruptivas”. Si bien todavía es un proyecto, su implementación marcaría el regreso a una lógica financiera simple que Argentina perdió hace tiempo: que las deudas se paguen en valores justos, donde ni el que reclama pierda plata, ni el que debe pierda su patrimonio por distorsiones matemáticas.
El proyecto estará disponible para consulta hasta el día 19 de diciembre.
Los interesados pueden acceder al proyecto de resolución, que incluye un anexo metodológico, y a la serie histórica de la TIM en formato Excel en la sección de consulta pública del sitio institucional del BCRA.
Adicionalmente, se ha puesto a disposición la Calculadora de TIM, una herramienta que permite estimar los intereses y el monto total resultantes de aplicar la tasa, partiendo de un monto inicial y un período determinado.
Puntos a favor y puntos en contra
Basados estrictamente en los fundamentos del proyecto del BCRA
A favor
- Fin de la incertidumbre: El principal argumento es la previsibilidad. Cámaras y asociaciones venían pidiendo una reglamentación clara del artículo 768 del Código Civil y Comercial para terminar con la dispersión de criterios judiciales.
- Equidad (Ni licuadora ni usura): El sistema de bandas (piso y techo) busca un “empate” técnico.
- Protege al acreedor (trabajador/demandante) asegurando que, si las tasas de mercado son negativas (como pasó en los últimos 15 años), cobre al menos la inflación menos un 3% (CER-3%).
- Protege al deudor (empresa/demandado) evitando que pague tasas astronómicas que superen la inflación más un 3% (CER+3%), lo cual sería “irrazonable” y generaría riesgos sistémicos.
- Criterio de Realidad Económica: El BCRA argumenta que pedir rendimientos reales superiores al 3% anual (por encima de la inflación) es algo “extraordinario” incluso en economías desarrolladas o estables de la región como Brasil o Chile. La TIM busca reflejar una rentabilidad normal, no especulativa.
- Composición Balanceada: No se casa con una sola tasa. Usa un promedio entre la Tasa Pasiva (plazo fijo) y la Tasa Activa (préstamos), lo que teóricamente refleja mejor el costo medio del dinero en el sistema.
En contra
- Adiós a la Tasa Activa Pura: Muchos abogados laboralistas pelean para que se aplique la Tasa Activa directa (que suele ser más alta). El BCRA dice explícitamente que aplicar tasas activas “sin límite alguno” puede arrojar resultados irrazonables. Esto va a generar ruido en quienes buscaban maximizar la liquidación.
- Reconocimiento de la Inflación: El proyecto admite que, durante la última década, usar las tasas regulatorias viejas hizo que los acreedores perdieran plata “sustancialmente” frente a la inflación. Esto confirma que quienes cobraron juicios viejos con tasas anteriores perdieron poder adquisitivo.
- La “Banda Negativa”: Aunque protege contra la licuación total, el piso es CER – 3%. Un crítico podría decir: “¿Por qué el trabajador tiene que perder un 3% contra la inflación en el peor escenario?”. El BCRA responde que en esos contextos de crisis, deudores y acreedores deben “compartir el sacrificio”.





