Hace casi 11 años, Silvia Moreno creó el Hospital de Juguetes, un lugar que concentre material descartado, donado y recuperado para ponerlo en condiciones y regalar a un niño de Posadas, de Andresito, o de algún lugar recóndito de Misiones. Eso no importa, acá la premisa es donar un juguete a cambio de una sonrisa, de un abrazo: “soy amiga de los mimos”, expresó Silvia.
Abarrotados de trabajo, que va de febrero a diciembre, con poquísimos voluntarios y el cansancio sobre los hombros y la cabeza a esta altura, “terminamos el año como locos, con poca gente que colabora y mucho trabajo. Terminamos un poco sobrepasados, pero felices”, indicó Moreno.
A pesar de contar con cinco o seis voluntarios, el Hospital de Juguetes cierra el 2025 con la satisfacción de haber arreglado y donado “entre las 10.000 y las 12.000 bolsas de juguetes” a nivel provincial, estimó la mujer al hacer un balance anual, en diálogo con la FM 89.3.
“Lo que hemos trabajado este año y que, a mí particularmente me pone muy feliz, es que hemos amueblado de alguna forma las salitas de los NENI de tres, cuatro y cinco años. Y hemos hecho más de 60 aulas de tres, cuatro y cinco. Son mueblecitos grandes como cocinitas, tallercitos, carritos de muñecas, camiones, ese tipo de autos para compartir, para uso comunitario, y eso nos pone re felices porque realmente ahí todos los chicos juegan, y las maestras agradecidas porque siempre le estamos dando material didáctico que les viene bien, que les hace falta, así que contentos con lo que podemos hacer”, expresó orgullosa Silvia.
Ya en la víspera de Navidad, Moreno contó que ya tiene cerrada las entregas de regalos a diferente puntos de Misiones: comedores, merenderos, hogares, iglesias, etc. “Ahora ya prácticamente terminamos con Navidad, nos queda poquito para entregar porque hemos trabajado antes como para poder tener esto listo y pudimos entregar todo lo que nos pidieron“, sumó.
Igualmente, aclaró que la fecha donde más trabajo tienen es en el Mes de las Infancias o Día del Niño, durante agosto. En este mes, se juntan entregas a los mencionados y las escuelas de nivel inicial.
“Trabajo hay a montones siempre y todo lo que hagamos nunca va a alcanzar hasta que el país sea riquísimo y no precise más de nuestro trabajo y ojalá llegue un día de esos, donde todo el mundo esté bien económicamente y socialmente y no precisen de nuestra ayuda. Mientras, hacemos lo que podemos todo el tiempo y con toda la disponibilidad y el amor que tenemos“, resaltó.

La necesidad de “manos operativas”
Por otra parte, Moreno confió que siempre son bienvenidos los voluntarios en el Hospital del Juguete. Mencionó que en este momento “somos dos las que estamos todos los días de lunes a sábado”, dijo y durante el resto del años se suman algunos más, no más de cinco personas. “Es un esfuerzo grande, porque nos haría falta más gente para que esto fructificara más y pudiéramos llegar a más chicos. Siempre es bueno verlos contentos, que reciban un juguete”, contó.
En lugar de ir sumando voluntarios, “yo diría que se van restando, porque en general nuestros voluntarios son personas grandes que ya se jubilaron y que no tienen necesidades de cubrir horarios o por ahí los nietos ya están más grandes y no hay que cuidarlos”. Tras la pandemia, dijo Moreno, “la gente se retrajo bastante, se retrajo a las casas, a otras actividades. Antes teníamos muchos más voluntarios, no no quiere decir que no haya sino que se nota la diferencia”, dijo.
Sobre la labor en sí, comentó que “es un trabajo artesanal, donde todo el tiempo uno tiene que estar solucionando un problema de un juguete que es diferente al juguete de al lado, no trabajamos en serie porque no hay serie de juguetes, son los juguetes que llegan para reparar y que son todos diferentes y todos les pasa algo diferente. Es una demanda grande de tiempo invertido para solucionar cada cosa”, apuntó.
La gente sigue haciendo donaciones: “yo me siento muy honrada por eso, porque confían en nosotros y siempre nos están trayendo muchos juguetes, nos encanta y lo agradecemos muchísimo”, dijo. Sin embargo, “lo que nos falta son manos operativas: señoras que vengan a vestir muñecas, o a coser alguna cosa, hombres que vengan a poner rueditas en los autos. Y lo digo así, hombres y mujeres separados, porque los hombres tienen una visión mucho más mecánica del asunto, mientras que las mujeres servimos más para la cosa artística. Todos son necesarios de alguna forma”, explicó.
Llegar a todos lados: hay mucho para hacer
Por último, Moreno expresó la necesidad de voluntarios para llegar a los puntos donde hay niños más necesitados de unos mimos en la provincia. “Yo tengo un gran amor por trabajar para interior de la provincia, porque la ciudad es otra cosa, tiene tiene más posibilidades, pero los chicos del interior, en las escuelas que están un poco retiradas, que son de frontera, siempre están un poco, no digo abandonados, pero un poco necesitados de materiales y de mimos, soy amiga de los mimos”, expresó.
“Hay tanto para hacer tan sencillo: hay juguetes para lavar, hay juguetes para coser, hay juguetes para pegar, hay para ordenar, hay papeles para hacer. Es decir, tenemos que estar ordenando todo el tiempo porque si no perdemos las cosas, no sabemos dónde están. Hay tal variedad. Hay tanto para hacer, tan sencillo, lo que uno haría en la casa, esto no excede la casa, no hay ingenieros nucleares, no hay ninguno, pero si quieren venir encantadísimos”, invitó.
En este marco, invitó a quien quiera sumarse como voluntario a acercarse al Hospital de Juguetes, ubicado sobre avenida Martín Fierro 3807 casi Comandante Miño. Están de lunes a sábado, en los horarios de 8 a 12 y de 14 a 16.




