La actividad tealera atraviesa un comienzo de campaña especialmente complejo y el nuevo esquema de precios oficializado por el Ministerio del Agro este viernes no logró aliviar la preocupación entre los colonos. La cartera resolvió actualizar el Precio Garantía del brote verde a $100 por kilo puesto en secadero y fijó en $650 el kilo de té elaborado no tipificado, con un mecanismo de revisión ligado al tipo de cambio, los costos agrícolas y el movimiento del mercado.
La medida llega en medio de una zafra marcada por pérdidas, plagas y bajos rendimientos. Desde principios de noviembre, los productores vienen señalando que la cosecha arrancó con teales afectados por ácaros, brotes dañados y rindes que en varios casos no superan los dos mil o tres mil kilos por hectárea, cuando lo habitual son diez u once mil por año. Esa merma obligó a muchos a descartar parte del material porque no cubrían ni el corte ni el traslado al secadero. El encarecimiento del combustible, el incremento salarial y la suba de insumos profundizaron un escenario que ya venía deteriorado producto de la “motosierra” de la Nación.
La Comisión Provincial del Té (CoProTé), integrado por el Agro, productores e industriales, no había logrado actualizar el jueves en Campo Viera el valor de $95 fijado meses atrás, lo que alimentó el reclamo por un monto que acompañe la evolución del dólar exportador y permita sostener la cosecha en un contexto de costos elevados. Los industriales argumentaron que no podían mejorar el precio, mientras que los representantes del sector primario exigieron “de mínima” $10 más.
Tras conocerse la resolución, un referente del sector primario sostuvo en diálogo con PRIMERA EDICIÓN que la actualización queda muy por debajo de lo necesario. Explicó que, solo por variación del dólar desde agosto, la corrección debería ubicar el precio entre $105 y $107 y que fijarlo en 100 implica “una pérdida” en términos de divisa. Afirmó que el tradicional parámetro de diez centavos de dólar por kilo quedó desfasado por el ritmo del combustible y que, con los rindes actuales, la referencia debería superar los $160 para evitar un retroceso mayor en las chacras.
El productor indicó que el deterioro se agrava porque los colonos no pueden aplicar fertilizantes, herbicidas ni tratamientos básicos. La falta de inversión genera plantaciones debilitadas, más vulnerables a plagas y sin capacidad de recuperación. Remarcó que esta combinación afecta directamente a familias que trabajan con recursos limitados y que hoy enfrentan mayores gastos sin una compensación acorde.
La situación también se refleja en los secaderos, que operan con capacidad restringida y sin posibilidad de financiar insumos como hacían años atrás. El flujo de abono, equipamiento y servicios necesarios para sostener la campaña disminuyó, lo que repercute en toda la cadena. El nuevo precio se aplicará desde la publicación oficial y tendrá un sistema de revisión permanente. Sin embargo, para los colonos ese mecanismo no alcanza a despejar la preocupación que marca el pulso de una zafra que, según advierten, “arrancó peor que la del año pasado”







