La organización previa volvió a instalarse como una estrategia clave para quienes buscan evitar el caos del 24 a la tarde. Con algunos platos prácticos y planificados con anticipación, es posible resolver la cena de Navidad sin correr, sin recargar la tarjeta y sin pasar más tiempo en la cocina que con la familia. Las propuestas combinan preparaciones frescas, económicas y tradicionales, pensadas para elegir un menú completo o mezclar alternativas según la cantidad de invitados y el tiempo disponible.
La idea central es anticiparse. Adelantar compras, definir parte de la comida uno o dos días antes y apoyarse en recetas que se mantienen bien en heladera permite llegar a la noche de Navidad con margen y sin estrés.
Opción 1. Menú fresco y express para una noche liviana
Pensado para altas temperaturas, se apoya en platos fríos que pueden quedar listos y esperar sin complicaciones. La entrada propone una tabla con fiambres, quesos, tomates cherry, aceitunas y dips sencillos como hummus o mayonesa de atún. El plato principal es una ensalada completa con pollo desmenuzado o atún, hojas verdes, tomate, choclo, zanahoria rallada y croutons. Como acompañamiento se sugiere papas al horno o una ensalada de papas con huevo y perejil. El postre combina helado con frutas frescas y un toque crocante.
Para adelantar tareas, conviene comprar fiambres, quesos, aceitunas, garbanzos y latas de atún desde fines de noviembre. Los dips y la ensalada de papas pueden armarse el 23 a la noche o durante la mañana del 24. El helado y los frutos secos se almacenan sin problema y solo queda sumar la fruta fresca sobre la hora.

Opción 2. Clásicos argentinos en versión simple
Esta alternativa mantiene los platos tradicionales, pero con un enfoque práctico. La entrada propone pionono salado con jamón y queso, o variantes con atún y huevo. El principal gira en torno a un vittel toné sencillo acompañado por una ensalada rusa. Se suman ensaladas frescas y panes saborizados. El cierre llega con ensalada de frutas fría, helado, pan dulce y garrapiñadas.
Para distribuir el gasto, se pueden comprar durante noviembre las latas, mayonesa, mostaza, pan dulce, frutos secos y garrapiñadas. La carne para el vittel toné puede freezarse y descongelarse uno o dos días antes de cocinar. El pionono y la ensalada rusa se preparan el 23 o el 24 a la mañana. El postre se termina con lo ya comprado y la ensalada de frutas se arma en el día.

Opción 3. Económica y rendidora para mesas numerosas
Para familias grandes o reuniones comunitarias, esta propuesta prioriza volumen y practicidad. La entrada consiste en bruschettas con pan tostado, tomate, ajo, aceite de oliva y alguna pasta de vegetales como berenjena o zanahoria. El plato principal puede ser pollo al horno en presas con papas y zanahorias, o un pastel de papas con carne picada. Los acompañamientos incluyen ensalada de arroz con vegetales y una ensalada de lentejas fresca. El postre es un budín de pan casero con caramelo y crema o helado.
Las compras anticipadas abarcan pollo, carne picada, arroz, lentejas, pan, azúcar y leche durante los primeros días de diciembre. El budín de pan puede cocinarse uno o dos días antes y quedar refrigerado. Las ensaladas se preparan el 24 por la mañana para que tomen sabor, mientras que el día de la fiesta se reserva para el horno y los últimos ajustes.

Cómo repartir el gasto y evitar el exceso de diciembre
La planificación también incluye una guía de compras escalonada. Desde noviembre conviene adquirir bebidas, pan dulce, turrones, garrapiñadas, frutos secos, latas y productos de almacén como azúcar, harina, arroz y lentejas. En la primera semana de diciembre se suman las carnes para freezar, panes para tostadas y pionono. Los días previos quedan reservados para frutas, verduras y helados.
Este esquema permite llegar al 24 con la mayor parte del menú resuelto y sin la presión económica concentrada en una sola semana. Al mismo tiempo, evita filas interminables y los aumentos de último momento que suelen aparecer en vísperas de fiesta.






