Un informe técnico elaborado por los economistas Emiliano Lysiak y Fernando Termachuka, investigadores del INTA Cerro Azul, actualizó la radiografía tributaria de los productores yerbateros en Misiones y Corrientes, tomando como referencia los datos disponibles hasta 2022. El trabajo compara la situación con el relevamiento realizado cinco años atrás y revela cambios importantes en la estructura del sector, tanto en cantidad de productores como en su inscripción fiscal.
El relevamiento compara los padrones del Instituto Nacional de la Yerba Mate (INYM) y de la AFIP y permite observar cambios en la estructura del sector. El número de productores (entendiéndose como tal a una persona física o jurídica y no necesariamente propietaria del yerbal) empadronados pasó de 8.800 en 2017 a 12.465 en 2022, lo que representa un crecimiento del 41%. Los autores atribuyen este aumento principalmente a las campañas de relevamiento e inscripción impulsadas por el INYM en los últimos años.
También se incrementó la proporción de productores con condición tributaria conocida. En 2017 esa información estaba disponible para el 66% del padrón, mientras que en 2022 se alcanza el 82%. Esto significa que casi ocho de cada diez productores tienen registrada su condición fiscal en la base cruzada entre AFIP e INYM.
En Corrientes el nivel de identificación es aún mayor, con un 93,7%.
Uno de los datos centrales del informe es que el monotributo sigue siendo el régimen dominante, con una participación del 82% en Misiones. La cifra es apenas superior a la registrada en 2017, cuando el porcentaje era del 80%.
Los responsables inscriptos también aumentaron, aunque en menor proporción: de 1.200 en 2017 a 1.908 en 2022, lo que equivale a un incremento del 59%.
El estudio muestra, además, que la mayor parte de los productores monotributistas se concentra en las categorías más bajas. Las categorías A y sus subvariantes (como Monotributo Social y Social Agropecuario) representan el 44% del total. Si se suman las categorías B, C y D, el 76% de los productores monotributistas se ubica entre los tramos iniciales del régimen. Sin embargo, se registra un cambio respecto del relevamiento anterior: en 2017 solo el 17% pertenecía a categorías superiores a la D, mientras que en 2022 esa proporción asciende al 24%.
El informe atribuye esta reconfiguración a distintos factores, entre ellos mejoras en los ingresos, actualizaciones de los límites de facturación y un incremento de los controles. También señala que la suba del precio de la hoja verde pudo haber empujado a algunos productores a categorías superiores. Como ejemplo, menciona que mientras el límite de facturación de la categoría C se actualizó un 351%, el precio de la hoja verde creció un 829% entre 2018 y 2022.
El trabajo incluye un análisis detallado del costo del monotributo para los productores. El componente estrictamente impositivo -el Impuesto Integrado- tiene en 2022 un valor promedio mensual de 1.608 pesos a nivel general y de 1.575 pesos en Misiones. El total abonado por un monotributista, incluyendo obra social y aportes al sistema previsional, asciende a 4.915 pesos mensuales en la provincia.
El informe destaca que solo un 32% de ese monto corresponde al impuesto, mientras que el resto se asocia a prestaciones de salud y aportes jubilatorios. Sin embargo, advierte que los productores monotributistas enfrentan otro costo adicional: el IVA del 21% que pagan sobre insumos, maquinarias y servicios y que no es recuperable dentro del régimen simplificado. Ese gasto, según estudios previos citados en el documento, puede tener una incidencia relevante en la estructura de costos del sector.
La actualización confirma que el monotributo sigue siendo el esquema fiscal más extendido en la producción yerbatera y que la estructura del padrón se sigue expandiendo. También muestra un mayor ordenamiento tributario dentro del sector, con más productores registrados y un incremento en los que se encuentran en categorías superiores del régimen.





