El gobernador Hugo Passalacqua supervisó las obras que ejecuta el Instituto Misionero de Agua y Saneamiento (IMAS) y que ampliarán la capacidad hídrica de la localidad. El proyecto asegurará por primera vez un suministro estable de agua potable para el casco urbano, zonas altas y barrios periféricos, con una finalización prevista para enero de 2026.

La recorrida fue realizada junto al intendente Alejandro Max y al presidente del IMAS, Joaquín Sánchez, quienes acompañaron al mandatario durante la inspección del avance de los trabajos. Las intervenciones, algunas ya concluidas y otras en ejecución, representan mejoras sustanciales en los sistemas de captación, almacenamiento y distribución.
El plan contempla la construcción de un tanque de hormigón armado de 50 m³ cercano al ingreso principal, además de una perforación de 465 metros que llega a la capa de arenisca del acuífero. A eso se suma un tendido de 900 metros de cañerías y la instalación de la impulsión principal destinada a vincular dos pozos de captación con el tanque existente.
Las obras incorporan también la ampliación de 5.000 metros en la red de distribución domiciliaria, con válvulas, accesorios y dispositivos de purga. Asimismo, se ejecutó una segunda línea de impulsión desde el tanque municipal hasta la cisterna de la EFA, lo que mejora el servicio para instituciones educativas y zonas periféricas. Como complemento, se instaló una bomba sumergible de 20 HP que permitirá garantizar un abastecimiento continuo para toda la comunidad.
El intendente Alejandro Max calificó la intervención como un hito histórico para la localidad. Aseguró que “sería la obra más importante en la historia de Mártires” y recordó que la población sufrió dificultades por décadas. Destacó que ya existen 300 conexiones nuevas y que tanto vecinos como escuelas disponen actualmente de un servicio adecuado. También relató que una vecina de 80 años accedió recientemente al agua en su domicilio por primera vez, gesto que simboliza el cambio estructural que vive la comunidad.
Max explicó que las tareas permitieron resolver dos puntos críticos de distribución. Uno de ellos corresponde a la Zona Alta, donde el desnivel impedía el suministro y donde ahora funciona una bomba de impulsión específica. El otro es el barrio Lote 77, incorporado mediante un tendido de un kilómetro y medio que conecta a unas 200 familias. El servicio también alcanzó a dos aldeas y a 30 viviendas adicionales, cubriendo un crecimiento poblacional que llevó a la comuna de 1.200 a 4.000 habitantes.
El presidente del IMAS, Joaquín Sánchez, detalló que la perforación de casi 500 metros produce 22 m³ de agua y que permite asegurar el abastecimiento tanto del núcleo urbano como de los sectores cercanos. Indicó que la obra se encuentra en un 85% de ejecución y que la localidad ya recibe un flujo constante, aun antes de la finalización total prevista para enero.







