
Un descubrimiento guiado por redes neuronales ha producido enzimas que descomponen el resistente poliuretano que se integran en los flujos de trabajo de glicólisis industrial, abriendo un camino creíble hacia el reciclaje circular de espumas y elastómeros considerados durante mucho tiempo “no reciclables”.
El trabajo, publicado el 30 de octubre en Science, informa sobre “uretanasas compatibles con glicólisis” identificadas y ajustadas con un modelo denominado Pythia-Pocket, y fue corroborado por informes independientes de que las enzimas pueden convertir la espuma en bloques de construcción química reutilizables en horas cuando se combinan con procesos estándar de la industria.
Cómo la IA descifró el código químico del poliuretano
Los poliuretanos son difíciles de despolimerizar porque sus enlaces de uretano están protegidos por arquitecturas voluminosas y reticuladas. El estudio de Science superó esto entrenando una red neuronal (Pythia-Pocket) para identificar cambios en el sitio catalítico que mejoran la actividad sobre intermediarios derivados de glicólisis de espumas posconsumo, permitiendo la escisión enzimática eficiente bajo condiciones suaves.
El avance se apoya en el progreso del descubrimiento de enzimas impulsado por IA: marcos como PEZy-Miner concentran candidatos degradadores de plástico de enormes bases de datos, acelerando la identificación antes de la validación en laboratorio.
En paralelo, la biología estructural ha proporcionado uretanasas metagenómicas (UMG-SP1-3) y variantes diseñadas: por ejemplo, el rediseño guiado por estructura de UMG-SP2 logró una actividad 30 veces mayor en sustratos de poliéster-PU, mostrando cómo los bucles del sitio activo y los bolsillos hidrofóbicos gobiernan la conversión.
Del banco de laboratorio a la planta de producción
El paso crítico hacia la escala es la compatibilidad con líneas de reciclaje existentes. Estudios previos demostraron que espumas de PU rígidas y flexibles pueden descomprimirse químicamente mediante glicólisis en intermediarios de dicarbamato; luego, las uretanasas los hidrolizan en diaminas y polioles valiosos, reutilizables para fabricar nuevo poliuretano, cerrando el ciclo.
Las nuevas enzimas guiadas por IA fueron diseñadas para este traspaso químico-enzimático, y se reporta que las almohadillas de espuma pueden descomponerse en monómeros reutilizables en horas, alineándose con los parámetros reales de la industria.
El impulso detrás de IA-para-enzimas crece: un Torneo Mundial de Ingeniería de Proteínas 2025 reunió a más de 290 equipos para diseñar biocatalizadores que degradan plásticos con validación estandarizada y de alto rendimiento, reduciendo la brecha entre diseño in silico y desempeño industrial.
Por qué importa y qué sigue
El poliuretano es omnipresente en acolchado, aislamiento, vehículos y textiles; su compleja química ha llevado a que termine en vertederos o incineradores. Al hacer coincidir el diseño de enzimas con los productos de glicólisis, el nuevo trabajo replantea el PU como candidato para verdadera circularidad.
Los avances de este año -desde el descubrimiento mediante IA hasta la ingeniería guiada por estructura– sugieren un conjunto de herramientas convergente para despolimerizar PU con monómeros recuperables, aunque el escalamiento, la variabilidad de la materia prima y los ensayos estandarizados definirán el ritmo hacia la industria.
A medida que la IA y la experimentación estrechan su ciclo de retroalimentación, la reputación del poliuretano como un callejón sin salida para el reciclaje puede finalmente estar cambiando.





