Durante 35 años, Amalia Salas ha dedicado su vida al bienestar de su comunidad, compartiendo la sabiduría ancestral de la medicina tradicional para sanar el cuerpo y el espíritu.
Quienes la visitan para tener un acercamiento con la medicina tradicional mexicana y, de paso, degustar sus recetas prehispánicas, la llaman con cariño “Amalita” o “abuelita”.
“La tierra de México me da mi oro y mi plata, las hierbas silvestres para la sanación”, dice mientras se sumerge en su jardín de plantas medicinales y al mismo tiempo se abre como una enciclopedia para describir cada una de ellas. “Con esta ortiga puedo hacerte desde un té para las reumas o unas tortitas de huevo para un alimento nutritivo”.
Amalita se pasea de arriba a abajo y de un lado a otro por su jardín como una niña aventurera reconociendo cada elemento a través de los colores, olores y sabores, sorprendida con todo lo que encuentra a su paso, como si su descubrimiento fuese reciente y no de 82 años, el tiempo que ha vivido en esa casa, hogar donde creció, fue madre de 10 hijos y convirtió en la Casa de Salud “Calpulli Amalinalintzin”, un espacio ubicado en Xochimilco con el propósito de defender la madre tierra, el agua, el maíz y la medicina tradicional.
Aquí, ella recibe a pacientes desde cuatro vertientes: emocional, física, espiritual y su entorno utilizando tratamientos ancestrales. Diente de león para los riñones, malva para mejorar las defensas, llantén para la cicatrización, cempasúchil para la diarrea, bugambilia para la tos, citronela para dolores menstruales, chiquiadores para el dolor de cabeza. Esta farmacia herbal, además de funcional, resulta una manifestación de la cultura del pueblo de Xochimilco.
Amalita nació en 1936. Al cumplir 40 años dedicó su amor, tiempo, investigación y viajes por el mundo a la herbolaria, disciplina encargada de preservar y utilizar componentes de origen vegetal para fines terapéuticos, una práctica integrada por grupos indígenas que han resguardado los métodos y tradiciones con el paso del tiempo.
Su Casa de Salud “Calpulli Amalinalintzin” es parte de las 32 casas certificadas de medicina tradicional en la Ciudad de México.
Creó en 2007 el programa “Medicina tradicional y herbolaria en la Ciudad de México”, cuyo objetivo es habilitar Casas de Medicina Tradicional y difundir los usos y costumbres de los pueblos originarios.
A finales de los años 70, un grupo de científicos africanos, junto con la Organización Mundial de la Salud (OMS), definieron esta práctica como la suma de conocimientos usados en el diagnóstico, prevención y eliminación del desequilibrio físico, mental o social, transmitidos de generación en generación.
Bien dice la señora Amalia que esto de curar con hierbas y temazcales no es cosa del demonio, simplemente es regresar a nuestras raíces. Desde un concentrado de cebolla, miel y limón para los resfriados, hasta una ensalada de quelites, Amalia comparte sus conocimientos de medicina tradicional y cocina prehispánica.
Para ella, el temazcal representa el vientre de la madre, un lugar para dejar lo malo y renacer. Después de la ceremonia, Amalita ofrece una comida con productos de la chinampa y sus plantas silvestres. ¿Su especialidad? Tortitas de hueva de axayácatl o ahuautle, acompañadas con tortillas recién hechas, salsita y agua fresca de apio.
“Mi madre trata de regresar paz y tranquilidad… no respetamos la naturaleza ni a nosotros mismos”, comenta una hija de Amalia.
“Quererte y respetarte, dice mi madre… ¿Te imaginas qué hermoso sería si todos sintieran esa energía del sol o del aire?”.
Para visitar la Casa de Salud de Amalia es necesario llamar previamente: Teléfono: (55) 4081-5969 o (55) 4847-1181.
FUENTE: Animal Gourmet.





