Un trabajo econométrico elaborado por el investigador Emiliano Lysiak, de la EEA INTA Cerro Azul, analizó la transmisión de precios en la cadena de la yerba mate entre 1997 y 2025 y confirmó la existencia de brechas persistentes en ciertos períodos aunque con equilibrios a largo plazo, rigideces a la baja y asimetrías que afectan la formación de precios y el ingreso de miles de productores de Misiones y Corrientes. La investigación fue presentada en la 55ª Reunión Anual de la Asociación Argentina de Economía Agraria, realizada a fines de octubre en Corrientes.
La investigación utiliza modelos avanzados, como el VECM y el TVECM, para identificar la relación de largo plazo entre ambos precios y las diferencias entre ajustes positivos y negativos. Uno de los resultados centrales es la elasticidad de largo plazo de 1,33: un aumento de 1% en el precio que recibe el productor se asocia, en equilibrio, con una suba de 1,33% en el valor del paquete. Sin embargo, esa relación no se replica en el corto plazo. Según el análisis, el precio al consumidor corrige apenas un 0,33% mensual ante un desvío del equilibrio, mientras que el precio al productor ajusta a un ritmo cercano al 2,4%.
El trabajo muestra además que existen períodos en los que la diferencia entre ambos valores se amplía debido a la lenta corrección del precio en góndola.
Esa rigidez a la baja implica que, cuando deberían registrarse descensos, el ajuste es muy reducido o directamente imperceptible. El estudio también señala que los costos no transables -logística, mano de obra, comercialización- juegan un rol importante en la formación de esa brecha temporal.
En los años 90, por ejemplo, la diferencia entre productor y consumidor fue especialmente grande y comenzó a ajustarse recién con la devaluación de 2002. Ese salto del tipo de cambio redujo el peso relativo de los costos internos y acomodó parte del desfasaje.
El tipo de cambio real multilateral aparece así como un factor clave para explicar la evolución del margen en determinados períodos.
La yerba mate se comporta como un bien no transable en el corto plazo y, por lo tanto, variaciones fuertes del dólar corrigen los costos internos que separan a ambos precios. El estudio subraya que este mecanismo es más relevante que las regulaciones o que la propia dinámica del mercado para entender esas diferencias coyunturales.
Otro aspecto visible en el documento es el rol del Instituto Nacional de la Yerba Mate. Durante los años en que rigió la fijación de precios mínimos, el INYM actuó como un sustituto del mercado, estableciendo valores que, en ciertos momentos, incidieron más que los precios vigentes. El estudio no evalúa si ese funcionamiento fue positivo o negativo, pero muestra que la regulación influyó sobre el precio al productor en varios períodos y que sus definiciones se tomaban teniendo en cuenta la evolución del mercado.
La investigación concluye que la cadena yerbatera opera con una transmisión de precios incompleta y con demoras significativas en el ajuste, especialmente en el precio al consumidor.
También destaca que, en algunos años, la diferencia entre ambos valores fue amplia debido a la combinación de rigidez a la baja, costos internos y el impacto del tipo de cambio.
Conclusiones
Frente a ese panorama, el autor sostiene que comprender la dinámica de transmisión es clave para analizar la evolución futura de la cadena y los efectos que pueden tener cambios regulatorios o shocks macroeconómicos.
Estos resultados subrayan la importancia de diseñar políticas públicas y estrategias comerciales que reduzcan las distorsiones y mejoren la eficiencia en la cadena de comercialización, para proteger la rentabilidad de los productores y el poder adquisitivo de los consumidores, impulsando un desarrollo sostenible del sector yerbatero argentino.







