La Fundación Aves Argentinas dio a conocer los resultados del monitoreo más reciente del loro pecho vinoso (Amazona vinacea), una de las especies más amenazadas del Bosque Atlántico. Según el relevamiento realizado entre abril y mayo de este año, en Misiones se registraron solo 323 ejemplares, una cifra que mantiene a la especie en la categoría de “peligro crítico” en Argentina y “en peligro” a nivel global.
“El loro pecho vinoso es una especie endémica del Bosque Atlántico, la región que está por la costa de Brasil, una pequeña parte de Misiones y en el este de Paraguay. En todo el mundo, solamente se los encuentra allí”, explicó Sofía Zalazar, responsable de Especies del Proyecto Bosque Atlántico de Aves Argentinas, en diálogo con FM 89.3 Santa María de las Misiones.
La bióloga destacó que en el país quedan menos de 500 individuos y que el número registrado “es muy pequeño”, producto de diversas amenazas: “El avance de la frontera agrícola, la deforestación, el uso de la madera y tiene el problema del robo de pichones para tomarlos como mascotas”, indicó.
El loro pecho vinoso cumple un rol ecológico fundamental, ya que contribuye a la regeneración del bosque al dispersar semillas de especies nativas como el pino Paraná (Araucaria angustifolia). “Cuando manipula semillas y vuela, puede llevarlas varios kilómetros en sus patas y cuando llega a un lugar las tira. Entonces, tiene un rol de dispersor y regenerador de los bosques en que vive. También, preda otras semillas y hace que se mantengan estables las poblaciones (de árboles)”, explicó Zalazar.
Desde hace más de 15 años, Aves Argentinas realiza conteos anuales para evaluar la evolución de la especie. “Vemos que la población se mantiene estable, entre 200 y 300 individuos. Este año quisimos redoblar el desafío y comenzamos a trabajar en el departamento de San Pedro para cuidar nidos y lograr que multiplique la cantidad de pichones que nacen”, precisó la especialista.
En paralelo, la organización convoca a voluntarios que deseen participar en las actividades de conservación en la Estación Biológica de Tobuna, donde se realizan monitoreos, educación ambiental y seguimiento de nidos. “Durante todo el año recibimos voluntarios que nos ayudan a localizar nidos, cuidar pichones y colocar transmisores para seguir sus movimientos. No hace falta experiencia previa, solo ganas de aprender y colaborar”, detalló Zalazar.
Los interesados pueden inscribirse a través del sitio web o en las redes sociales de Aves Argentinas, donde se encuentra disponible el formulario del Voluntariado Bosque Atlántico. “Es una oportunidad para contribuir con una especie única y con la conservación del bosque que todos compartimos”, subrayó.
A pesar de las limitaciones presupuestarias, la organización continuará durante 2026 con las tareas de protección y monitoreo. “Los proyectos de conservación no suelen tener grandes presupuestos, pero trabajamos con mucho compromiso para que esta especie siga volando libre en los bosques de Misiones”, concluyó Zalazar.








