El gobierno de Javier Milei quiere terminar con el acuerdo comercial con los Estados Unidos. El nuevo canciller Pablo Quirno viajaba este martes a Washington para entrevistarse con las máximas autoridades del gobierno de Donald Trump para cerrar un acuerdo de bajas arancelarias para 150 productos y la exportación de carne argentina, a cambio de ceder a los reclamos norteamericanos de respetar la Ley de Patentes como lo pide el Informe 301 de ese país.
Según confiaron a iProfesional altas fuentes del Gobierno, “se avanza en el acuerdo y en el Ministerio de Economía hubo contactos con los laboratorios locales de medicamentos”. Este sector se opone a la vigencia de la Ley de Patentes, en un conflicto de larga data con los laboratorios extranjeros. “Todo lo que se acuerde en este convenio quedará por escrito, pero no podemos adelantar nada porque hay un acuerdo de confidencialidad”, agregaron funcionarios libertarios.
Productos en la mira
Sobre las concesiones de la Argentina, el canciller desestimó que haya exigencias norteamericanas. “Estamos muy acostumbrados al toma y daca, acá hay una alianza estratégica. Esto va a permitir darle confianza a los inversores de los EEUU, en minería, energía, infraestructura”, señaló.
En concreto, los Estados Unidos y la Argentina firmarían un pacto recíproco con posiciones preferenciales para una lista de alrededor de 100 a 150 productos estratégicos exentos de las barreras de entrada de ambos países. Los productos argentinos pagan hoy una tarifa del 10% para los EEUU, mientras que al aluminio y al acero se les impuso un 50%, lo cual derrumbó las exportaciones a ese país, que era el principal mercado de ese sector.
También podrían beneficiarse el petróleo crudo, vinos, químicos, miel, langostinos, cítricos, camarones, té, alimentos elaborados y madera, que exportaron por US$ 6.400 millones en 2024. Sin embargo, la letra chica del acuerdo comercial todavía no se conoce y está bajo siete llaves.
Condiciones para la Argentina
Las fuentes diplomáticas aseguraron que al final del camino el acuerdo comercial bilateral contemplará que la Argentina se comprometerá a cumplir los pedidos del Informe 301 del United States Trade Representative (USTR), el representante comercial trumpista, Jamieson Greer.
Sin embargo, podría haber un cronograma de implementaciones de todos esos puntos que se consignan en el duro informe norteamericano que señala que la Argentina no cumple con la Ley de Patentes de 1995, especialmente en el mercado de medicamentos y agroquímicos, no evita la circulación de marcas falsas en ferias como La Salada y Once, y pide adherir al Patent Cooperation Treaty (Tratado de Cooperación de Patentes, PCT en inglés), que firmaron 100 países y lo desconocieron Venezuela y China, entre otros.
El gobierno de Javier Milei está analizando la manera de compatibilizar los intereses entre los laboratorios extranjeros y los nacionales, donde hay un sordo conflicto.
La delegación argentina que viajaba este martes estará encabezada por el canciller Pablo Quirno, el secretario de Coordinación de Producción, Pablo Lavigne, el embajador y cónsul en San Pablo, Luis María Kreckler, y el secretario de Desregulación, Alejandro Cacace, que responde al ministro de Desregulación, Federico Sturzenegger, que es favorable a la postura de recuperar la vivencia de la Ley de Patentes.
Tal como anticipó iProfesional, el Informe 301 del USTR, que se emite todos los años, este año fue particularmente duro y puso a la Argentina en el primer lugar de los países de una “lista de vigilancia prioritaria”.
Esto es así porque la Ley de Patentes de 1995, que protegía las patentes de medicamentos y de agroquímicos extranjeros y norteamericanos, fue prácticamente anulada durante el gobierno de Cristina Kirchner con la Resolución Conjunta 118/2012, 546/2012 y 107/2012 sobre “las pautas para el examen de Patentabilidad de las solicitudes de Patentes sobre Invenciones Químico-Farmacéuticas”.
En los hechos, le impuso condiciones muy exigentes a los laboratorios extranjeros para tramitar la patente en la Argentina, con lo cual abrió las puertas a los laboratorios locales a comercializar medicamentos y agroquímicos copiados de fórmulas de empresas extranjeras.
Esto ocurrió cuando Cristina Kirchner rompió con los Estados Unidos y en la época en que anunció un acuerdo con la República Islámica de Irán por el Memorándum de la AMIA.
Las resoluciones fueron firmadas por el entonces ministro de Salud, Juan Manzur, y la entonces ministra de Producción, Débora Giorgi, y funcionarios de la ANMAT.
“Todo parece ir rumbo al acuerdo con Estados Unidos”
“No podemos adelantar nada porque hay acuerdo de confidencialidad”, señalaron funcionarios argentinos a iProfesional. Sin embargo, fuentes en la más estricta reserva aseguran que hay contactos entre el ministro de Economía, Luis Caputo, su par de Salud, Mario Lugones, y los laboratorios locales nucleados en la Cámara Industrial de Laboratorios Farmacéuticos Argentinos (CILFA), en contraposición con los extranjeros de la Cámara Argentina de Especialidades Medicinales (CAEME). CILFA rechaza la vigencia de la Ley de Patentes y CAEME presiona por ella.
“Sin embargo, todo parece ir en el rumbo del acuerdo con los Estados Unidos para que el acuerdo comercial pueda tener la firma, quedarán escritas algunas exigencias del Informe 301 y habrá un cronograma de cumplimiento”, señalaron fuentes del Gobierno a iProfesional, sin dar detalles. El Informe 301 exigió derogar aquella Resolución Conjunta, terminar con la venta de marcas falsificadas en las ferias de La Salada y del barrio de Once, combatir la piratería informática y adherir al Patent Cooperation Treaty (Tratado de Cooperación de Patentes, PCT en inglés).
También recomienda sumar funcionarios al Instituto Nacional de Propiedad Intelectual (IMPI) para acelerar los trámites de patentación, que se demoran bajo pretexto de falta de gente. Además sugiere la creación de una fiscalía especializada en falsificación de marcas y patentes. Además, durante la reunión con 40 empresarios del Council of Américas en Nueva York, el viernes último, Milei fue interrogado por un importante fondo de inversión sobre la negociación por el respeto a las patentes. El Presidente dijo que se respetaría porque “es un principio del Pacto de Mayo, el respeto irrestricto a la propiedad”.
Sin embargo, durante dos años hubo fuertes presiones del ministro de Salud, Mario Lugones, y del asesor especial Santiago Caputo, para no avanzar con los pedidos que los Estados Unidos le hicieron a los ex cancilleres Diana Mondino y Gerardo Werthein, que los transmitían de manera infructuosa ante la Casa Rosada. La presión de los empresarios del Council fue intensa, según las fuentes, y Milei regresó a la Argentina convencido de ceder.
“La negociación está paralizada y estancada en la ley de patentes y si el Gobierno no hace nada hay peligro de que no se firme el acuerdo y no vengan las inversiones en materia de energía, minería y energía nuclear”, señalan en el Gobierno.
(Fuente: Iprofesional)








