El presidente de Industriales Pymes Argentinos (IPA), Daniel Rosato, analizó el impacto que tuvieron los resultados de las elecciones legislativas en el sector productivo y llamó al Gobierno a “capitalizar el respaldo recibido en las urnas” para impulsar la reactivación. Consideró que la gestión nacional tiene una oportunidad única para fortalecer la competitividad y apuntalar la generación de empleo genuino.
En diálogo con FM de las Misiones, observó que el desenlace de los comicios sorprendió incluso al propio oficialismo y explicó que varios factores incidieron en la decisión de los votantes. “Hubo dos o tres temas que fueron puntuales. Uno fue el miedo de la gente. Muchos trabajadores, que tienen deudas dolarizadas, temieron un salto inflacionario y decidieron priorizar la estabilidad”, sostuvo. Agregó que también influyó “el apoyo contundente de Estados Unidos, que generó confianza en algunos sectores”.
El dirigente industrial remarcó que el resultado “debe ser aprovechado para generar lo que hasta ahora no se logró, que es una reactivación sostenida”. Según dijo, el país necesita “ir en búsqueda de la competitividad” y destinar los beneficios del apoyo internacional al desarrollo productivo. “Estos recursos tienen que ser usados para la producción, para la industria, porque en algún momento Argentina tiene que volver a exportar y fortalecer su mercado interno”, expresó.
El titular de IPA advirtió que, si el Gobierno no utiliza el respaldo político para promover crecimiento, “esa cuota de confianza que le dieron muchos argentinos puede desmoronarse”. En ese sentido, pidió que se tomen medidas concretas para mejorar los costos industriales y recuperar la demanda. Recordó que su entidad presentó un proyecto denominado Régimen de Incentivo a las Inversiones para las Pymes Industriales (RIPI), que ya está en el Congreso y propone herramientas para alentar la competitividad.
Rosato explicó que una eventual devaluación podría perjudicar gravemente al sector, debido a que “todos los costos, tanto de la energía como los insumos, están dolarizados”. Indicó que la caída del consumo interno también golpea a las fábricas. “Los supermercados venden menos, hay una baja importante en las ventas y eso afecta directamente a las empresas”, detalló.
El empresario señaló que los rubros más comprometidos son el metalúrgico, el textil, el del calzado y los fabricantes de bienes de capital. Dijo que “cada vez hay más competencia externa, los aranceles bajan y las importaciones crecen”. Por eso insistió en que “el Gobierno no debe desaprovechar esta gran oportunidad” y pidió sostener un diálogo permanente con los sectores productivos.
Rosato describió el panorama industrial como alarmante y aseguró que “en los últimos siete años cerraron más de cuarenta mil empresas”. Precisó que desde 2023 “ya se perdieron dieciocho mil establecimientos y doscientos ochenta mil puestos de trabajo”, de los cuales ciento sesenta mil corresponden a la industria manufacturera. “Algo hay que hacer”, enfatizó.
Sostuvo que la administración nacional debe escuchar a las pymes y a los empresarios, y convocó al Congreso a acompañar las iniciativas que apunten a la recuperación. “Estamos pidiendo reuniones con todos los legisladores para que nos escuchen y apoyen proyectos que generen trabajo y mejoren la economía”, afirmó.
Rosato insistió en que el país no puede esperar los resultados de las inversiones mineras o energéticas, que se verán recién “en tres o cuatro años”. “Argentina no puede aguantar un proceso tan largo en estas condiciones. Tiene que empezar a generar empleo de calidad ahora, con la industria y la producción como motores”, sostuvo.
Finalmente, llamó a que la gestión nacional “escuche los reclamos y adopte medidas diferentes” para evitar que continúe el cierre de fábricas. “No podemos correr el riesgo de que empresas con treinta o cuarenta años de trayectoria desaparezcan”, advirtió






