La actividad industrial argentina volvió a marcar una tendencia de retroceso al registrar una contracción del 3% interanual en agosto, según las estimaciones de la Unión Industrial Argentina (UIA). Este dato profundiza el panorama de estancamiento que atraviesa el sector, que ya acumula una merma promedio del 10% en lo que va del año, comparado con los niveles productivos de 2022 y 2023.
En ese sentido, la UIA señaló que la comparación mensual no ofrece consuelo, ya que agosto se mantuvo en el mismo nivel que julio, un mes que ya había marcado un retroceso en la producción. Este escenario confirma que la industria no logra sostener el rebote observado en el tercer trimestre de 2024 y, por el contrario, navega una senda descendente, marcada por fuertes heterogeneidades entre las distintas ramas productivas.
A nivel local
La difícil realidad nacional se refleja en las provincias, y el sector metalmecánico de Misiones no es la excepción.
Cristian Günther, empresario del rubro y miembro de la Cámara de la Industria Metalúrgica de Misiones (CAMIM), dialogó con PRIMERA EDICIÓN acerca de la coyuntura por la que atraviesa el sector. “La actividad no logra un repunte sostenido en lo que va de 2025”, afirmó.
“La realidad es similar a la nacional, muchas empresas trabajan con niveles de actividad estables o incluso menores que en 2024. Estamos igual o peor que el promedio nacional”, sostuvo Günther.
Según el empresario, las estimaciones para la actividad metalmecánica en la provincia rondan una caída de entre un 8% y un 10% interanual respecto al 2024, en línea con los indicadores regionales del Noreste Argentino (NEA), lo que marca la sexta baja consecutiva.
Los informes de la Asociación de Industriales Metalúrgicos de la República Argentina (ADIMRA) confirman esta fragmentación, mostrando que mientras provincias como Santa Fe y Córdoba tuvieron crecimientos leves, las regiones periféricas como Misiones padecen con más fuerza la crisis.
Estrategias locales
A pesar del desalentador panorama, la industria misionera exhibe una estrategia de resistencia enfocada en la protección de los recursos humanos y la preparación para la reactivación futura.
“La prioridad fue cuidar el empleo formal, porque sabemos que recuperar mano de obra calificada después es muy difícil”, destacó Günther.
En lugar de optar por despidos masivos, el empresario comentó que las firmas misioneras implementaron medidas como el ajuste de turnos, la reorganización de horarios y la reducción de horas extras para equilibrar costos sin impactar la plantilla.
Según contó el integrante de la CAMIM, el sector se está fortaleciendo a través de la diversificación de servicios y productos, buscando nuevas oportunidades para compensar la caída en rubros tradicionales.
Una estrategia clave fue la cooperación entre empresas al compartir recursos, talleres o logística para reducir los costos operativos.
Apoyo estatal y proyección a futuro
La resistencia del sector se ve acompañada por iniciativas del Estado. Al respecto, el Ministerio de Industria de la provincia lanzó el programa de Fortalecimiento de la Industria Metalmecánica Misionera, que incluye capacitaciones en soldadura, torno, gestión y calidad.
Esta inversión en innovación, formación y articulación regional busca que el sector no pierda capacidades productivas y esté mejor preparado “para cuando el contexto macroeconómico acompañe”.
El sector metalmecánico se enfrenta a las elecciones con cautela, debido a que “la mayoría de las empresas no espera un repunte inmediato debido a la débil demanda interna y la escasez de financiamiento.”
No obstante, las expectativas están puestas en el futuro gobierno, “con un pedido claro de parte de los empresarios de comenzar a notar estabilidad macroeconómica, alivio fiscal, financiamiento productivo y defensa comercial.”
“Si estas condiciones se cumplen, la metalmecánica puede ser protagonista del crecimiento, sobre todo vinculada a sectores estratégicos como energía, minería y forestoindustria”, concluyó el empresario.





