“De Menes intentó implantar el germen de que otra persona estuvo en la casa de Elsa Díaz y que la mató con la intención de robarle. Lo hizo para quitarse las sospecha de los vecinos”, fue una de las frases del alegato del fiscal Martín Alejandro Rau que sonaron ayer en la sala de audiencias del Tribunal Penal 1.
Sin embargo, el “germen” que señaló el acusador habría prendido fuerte en dos de los tres jueces que juzgaron al albañil de 51 años, a quien absolvieron por el “beneficio de la duda”, el principio que indica que la “duda beneficia al reo”, si no hay elementos que no puedan quebrantar su inocencia, siempre corresponderá la absolución.
La presidenta del TP-1, Viviana Gladis Cukla, y uno de los vocales, Miguel Ángel Faría (subrogante) votaron por la libertad inmediata de De Menes. El juez Gustavo Arnaldo Bernie opinó disidente y solicitó la prisión perpetua del acusado por la misma calificación solicitada por el Ministerio Fiscal, como autor del “homicidio doblemente agravado por alevosía y por el vínculo”.
Durante poco más de una hora de alegato ayer, Rau detalló su acusación, destacó los relatos de testigos en el expediente y los que ratificaron sus aportes en el debate. “Un vecino confirmó que De Menes no dormía en otro lugar que no fuera en la casa de su madre”. También recalcó que ninguno oyó ladridos de perros, ni ruidos, ni nada que alertara que durante la noche del 9 de febrero de 2019 en el barrio 2 de Febrero de Candelaria se oyeran más ruidos que los del viento y la tormenta corta que se desató.
También concluyó que ninguna de las personas que declararon sintió olor fuerte a sangre en la vivienda. Todos coincidieron en que notaron “una casa ordenada con solo dos pisadas con barro”, las que coincidían en tamaño con las zapatillas halladas manchadas en el depósito a un costado de la vivienda de Díaz, donde hallaron el televisor LED y una garrafa, que De Menes aseguraba fueron robados luego del ataque que le costó la vida a su madre: un golpe letal con fuerza y presión en el parietal derecho que le provocó una lesión hasta el hueso del cráneo de cinco centímetros de diámetro.
“No hubo terceras personas en esa casa, no hubo rastros de un robo, había dinero en la billetera de Elsa arriba de una mesa y nadie la tocó, no había desorden de robo, la vivienda estaba impecable. La víctima estaba tendida sobre la cama arreglada”.
El fiscal expuso una serie de puntos que conducen a De Menes como autor: “Estaba molesto por la visita del novio de su madre el sábado por la mañana, la acompañaba a todos lados a su madre, incluso ese día a la tarde a la iglesia, durante la noche los testigos lo ven dirigirse a la casa del amigo a prender las luces y vuelve, lo hacía cada vez que él estaba ausente ya que trabajaba como chofer de colectivos, luego sale en su moto y regresa poco tiempo después porque nunca la dejaba sola a Elsa, no hubo ruidos de robo esa noche, ningún perro ladró, las ventanas de la habitación fueron halladas abiertas y había llovido, sin embargo el cuarto estaba seco, limpio y tampoco faltaban cosas, hasta el dinero estaba en su lugar, no quería abrir el depósito, fue reticente hasta que aparecieron las llaves”.
Y lo resolvió con mayor simpleza aún: “Ante dos hipótesis, todo indica que la simple es la más certera. Todos estos caminos conducen a Roma y Roma está ahí sentado, acusado, la mató sobre seguro, mientras dormía y sin ninguna chance de defenderse”.
Rau sumó un agravante a la calificación contra De Menes, la alevosía, inciso 2 del artículo 80 del Código Penal Argentino. Sumado al vínculo, pidió que lo condenaran a prisión perpetua como autor de “homicidio doblemente agravado”.
“Meros indicios”
El alegato de la defensora oficial 1, Celina Silveira Márquez, también resumió su hipótesis de lo sucedido en la casa de la calle Uruguay casi Corrientes en Candelaria. Insistió en que “ninguno de los testimonios del expediente y los escuchados en el debate brindan certezas del suceso”. Respecto a la conducta de De Menes, lo contuvo: “Ser introvertido y pedir plata a la madre no convierte en matricida a nadie, tampoco mentir te culpa. Solo meros indicios se ventilaron y no hay pruebas directas”.
Apuntó que de los elementos secuestrados “ninguno tiene el ADN de De Menes, todo dio negativo al cotejarlo con su perfil genético. Tampoco se encontró un arma homicida. No hay pruebas para una sentencia condenatoria, debe primar el principio de inocencia si no hay elemento que lo quebrante”.
Tras la lectura del fallo, De Menes se retiró sonriendo: “Estoy conforme con el fallo” dijo rumbo a la unidad penal 6 “procesados” a buscar sus pertenencias y recuperar la libertad absoluta, poco más de 2.740 día después de ser detenido por insistir a los investigadores, peritos y vecinos: “Esto fue un robo y un crimen pasional”.











