La historia de esta localidad, primera capital industrial de Misiones, está intrínsecamente ligada a la familia Blanch. Rosana María Angelino Blanch, bisnieta de Joaquín Blanch, uno de los vecinos que fundó el pueblo gracias a la Comisión de Fomento de 1894, es actualmente la guardiana y promotora de un rico legado que se niega a desaparecer…
Recientemente, motivada por un curso de Operador Turístico Territorial (OTT) avalado por la UNaM, Rosana y su familia decidieron darle un nuevo propósito a las cinco hectáreas que rodean la antigua casona de adobe que mandó a construir su bisabuelo. Según contó a PRIMERA EDICIÓN, “nuestro plan inicial de impulsar la producción de carbón se transformó en un proyecto de ecoturismo y cultura y así avanzamos con la puesta en valor de un sendero lleno de naturaleza con vistas increíbles y con visitas guiadas a la casa de adobe”, contó.
“Vamos a utilizar estas cinco hectáreas para que se pueda practicar senderismo; a la infraestructura existente le fuimos agregando puentes, un sector apícola y un mirador”, explicó Rosana entusiasmada.
Además, las ambiciones de los descendientes de Blanch incluyen a futuro la construcción de cabañas. Por ahora, el proyecto ya cuenta con telescopio para observación astronómica y binoculares, aprovechando la vista única hacia la Cruz de Santa Ana.
“Por el momento, el principal desafío es la finalización de las instalaciones sanitarias. La meta es inaugurar las actividades que vamos a poder hacer acá con un campamento de carpas durante el fin de semana del ‘Trail Race’ de Cerro Corá, los días 6 y 7 de diciembre”, detalló la mujer.
“Nos faltan detalles, como la colocación de puertas e inodoros en los cinco baños construidos. Ojalá podamos terminar en diciembre, pero si los tiempos no nos dan, la inauguración se postergará hasta enero; la voluntad de abrir este tesoro histórico y natural al público es inquebrantable”, sostuvo.
De esta forma, la bisnieta del pionero quiere asegurarse de que “la historia de Cerro Corá se pueda recorrer, sentir y vivir”.

Sobre el pionero
Joaquín Blanch ingresó a Argentina en 1883 y fue una figura clave para impulsar la industria misionera que florecía en Cerro Corá a principios del siglo XX.
“Mi bisabuelo donó terrenos para la Municipalidad, además de la parroquia, el cementerio y el predio de la escuela con su primer edificio, en un esfuerzo mancomunado de los pioneros por hacer que Cerro Corá surja”, enumeró.
El corazón de este legado es una impresionante casona de adobe, con paredes de hasta un metro de ancho y techos de cinco metros de altura. Construida antes de 1894, fue el Almacén de Ramos Generales “El Paraíso de Joaquín Blanch” y sirvió como un importante centro económico, con tres galpones de acopio de tabaco y frutas, operando incluso como socio de Nobleza Picardo.
Los pisos de mosaicos traídos de Francia y los detalles como una prensa de encuadernación y barriles de YPF y Nafta Wico (que el bisabuelo vendía con surtidores propios) dan cuenta de una época de esplendor.
La casa, con un estilo “chorizo”, tuvo tres inauguraciones y una gran ampliación terminada en 1915. Hoy, la estructura original está siendo restaurada “a pulmón” para convertirse en un salón de eventos, aunque ya reciben delegaciones y visitas allegadas, como la de una delegación de alumnos de séptimo grado de la escuela local, que realizó recientemente un trabajo de investigación sobre esta “casa histórica”.









