El escenario político nacional atraviesa un momento de inestabilidad que se refleja tanto en las encuestas como en la percepción ciudadana. El analista político Facundo Londero, integrante de Zuban Córdoba & Asociados, analizó el complejo presente de La Libertad Avanza, el impacto de los recientes escándalos y la caída sostenida de la imagen presidencial, en un contexto marcado por tensiones económicas, internas partidarias y un clima social de desconfianza.
Londero sostuvo que la comunicación del presidente Javier Milei se caracteriza por ser “unilateral, dirigida únicamente a su núcleo duro”, lo que genera un creciente aislamiento frente a otros sectores. Explicó que los actos públicos con tono de espectáculo buscan mantener el vínculo con ese treinta por ciento de apoyo fiel, pero “no construyen consensos ni logran conectar con los votantes moderados”. Según detalló, esa franja de la sociedad muestra desencanto frente al deterioro económico y los conflictos institucionales que afectan al oficialismo.
Para el consultor, el Gobierno se encuentra en una etapa compleja. Dijo que La Libertad Avanza “está en un momento institucional muy complicado” y que la falta de resultados legislativos en el Congreso se suma a los reveses políticos de las últimas semanas. Recordó que varios vetos presidenciales fueron rechazados, y que el bloque oficialista perdió capacidad de negociación. “Hace seis o siete meses se hablaba de una ola violeta en todo el país, pero ahora si ganan cuatro o cinco provincias será un número óptimo”, advirtió.
En su lectura, la coalición oficialista sufre un doble desgaste: uno electoral y otro en la opinión pública. La caída del poder adquisitivo y la percepción de desorganización interna afectan la credibilidad del espacio. Londero sostuvo que “la sociedad califica a las gestiones nacionales por el bolsillo y por la heladera del momento”, y que las medidas recientes no lograron revertir la desconfianza.
El último informe de la consultora revela una aprobación del 35 por ciento para la gestión nacional y una desaprobación que supera el 64 por ciento. De acuerdo con el analista, “en estos últimos diez días, a partir del escándalo de Espert, cayó unos tres puntos más la gestión”. A su entender, el votante moderado que alguna vez apostó por el oficialismo se siente hoy decepcionado, y la expectativa inicial dio paso a una percepción de ineficiencia. “La macroeconomía podrá ordenarse, pero la microeconomía sigue siendo el verdadero termómetro de la sociedad”, expresó.
Londero consideró que los esfuerzos de la administración nacional por conseguir financiamiento externo, como el intento de obtener un préstamo en Estados Unidos, no son vistos con optimismo. Indicó que el 66 por ciento de los argentinos rechaza esa posibilidad porque teme un nuevo ciclo de dependencia y pérdida de soberanía. “Se habla de concesiones que podrían implicar tierras en la Patagonia o bases militares en el sur, lo cual genera preocupación”, señaló. Además, dijo que “el 73 por ciento cree que ese crédito no mejorará la calidad de vida, sino que servirá solo para la macroeconomía”.
Respecto al escenario electoral, el analista explicó que La Libertad Avanza enfrenta un panorama adverso, sobre todo en la provincia de Buenos Aires, que concentra casi el cuarenta por ciento del padrón. “Probablemente sea una derrota para el oficialismo”, pronosticó. En cambio, algunas provincias del interior podrían aportar triunfos parciales, aunque la tendencia general muestra un retroceso. A su entender, los partidos provinciales y los frentes locales ganaron fuerza, sobre todo en regiones como el NOA y el NEA, donde el voto tiende a provincializarse.
La reciente controversia judicial que involucra a José Luis Espert y la incertidumbre sobre las candidaturas en Buenos Aires profundizan el desconcierto. Londero recordó que el postulante Diego Santilli, antes criticado por el propio presidente, podría ser reemplazado por Karen Reichardt, una figura mediática sin trayectoria política. “Es una persona muy poco conocida, vinculada a la televisión, y hay que ver qué determina la Justicia”, comentó. Para el consultor, este tipo de cambios “genera confusión en los votantes” y debilita la imagen de coherencia partidaria.
El especialista advirtió que el electorado argentino suele priorizar rostros familiares en contextos de crisis, lo que podría favorecer a figuras con mayor visibilidad. “Cuando los nombres son poco conocidos, la sociedad termina buscando aquella figura que tiene más trayectoria”, explicó. Además, señaló que el conflicto judicial por la reimpresión de boletas y los costos asociados podrían impactar negativamente en la campaña, “sumando incertidumbre a menos de veinte días de la elección”.
En cuanto al efecto en Misiones, Londero afirmó que los comicios locales también sentirán el impacto del caso Espert y de la caída de imagen de Milei. Recordó que en las elecciones previas la participación fue baja, y anticipó que este fenómeno podría repetirse a nivel nacional. “Hay un votante moderado que va a las urnas con pocas ganas, desilusionado por la economía y por la percepción de que los dirigentes están llevando al país por un rumbo incorrecto”, expresó.
Otro aspecto relevante del análisis se centra en la crisis de credibilidad de las instituciones públicas. Según el consultor, “hay un setenta y tres por ciento que no cree en los números del INDEC”, especialmente en los índices de pobreza e inflación. Sostuvo que esa desconfianza no proviene de los técnicos del organismo, sino del uso político de los datos. “No es un problema de medición, sino de cómo se comunican y se utilizan las cifras”, explicó. En su visión, la falta de confianza en las estadísticas oficiales refleja una erosión profunda en la relación entre el Estado y la ciudadanía.
Londero concluyó que el desafío del Gobierno nacional pasa por recuperar credibilidad, abrir canales de diálogo y reconectar con la sociedad.






