Más de 122 millones de personas en el mundo se ven obligadas hoy en día a dejar su hogar por guerras, crisis políticas, problemas económicos o el cambio climático. Y más del 60% de ellos busca refugio en entornos urbanos, lo que acelera el crecimiento de las ciudades y, al mismo tiempo, pone a prueba sus servicios básicos.
El Día Mundial del Hábitat, que cada año se conmemora el primer lunes de octubre, quiere enfocarse en 2025 en este desafío: cómo crear ciudades más inclusivas, sostenibles y cohesionadas. No basta con dar ayuda de emergencia; se trata de ofrecer soluciones a largo plazo que beneficien tanto a quienes llegan a ellas como a las comunidades que los reciben.
Las claves están en tres puntos: planificar ciudades que integren a todos, garantizar vivienda y servicios básicos para no alimentar más barrios marginales, y fortalecer el liderazgo de los gobiernos locales, que son los que viven el problema de cerca. Con estas piezas, las ciudades pueden pasar de ser lugares de tensión a convertirse en motores de inclusión y oportunidades.
Bajo estas premisas, podemos celebrar un Día Mundial del Hábitat en donde nadie se quede atrás.








